Saturday, April 30, 2016

Educación laica, conviene?


     Vemos, observamos, interpretamos lo que está sucediendo a nuestro alrededor y comprobamos pocas cosas agradables. Seguramente usted hace lo mismo y no permanece estático e inerte, sino que construye, desde su óptica, una opinión particular y respetable. Es lo que todo ser pensante debería hacer continuamente. En el caso particular, salir de casa y ver rostros compungidos y tristes, por el caos que nos agobia, es una experiencia casi cotidiana que no acepto por varias razones; pero más allá, duele descubrir, en el común, el efecto de la apatía y el escaso poder de las ideas. Entonces, ratificó que la ausencia de condiciones ciudadanas sirvieron al régimen para engañar, manipular y transitar hacia el comunismo y a las tinieblas casi sin obstáculos. Lento, planificado y a paso de vencedores el comunismo destruye a Venezuela, entristece a su pueblo y nubla su futuro.

   Doy vueltas en círculos y regreso a mi centro epistemico, que es la educación, con este cuestionamiento. ¿Por qué no se utilizó la Palabra de Dios y los los valores cristianos para formar a los nuevos ciudadanos? Con ello intento determinar la responsabilidad de la educación en el caos nacional y mundial. En este sentido, estimo que el mundo se hizo mas mundo, dicho de otra manera, se lleno de orgullo y se olvido mas y mas de Dios, en consecuencia, suponiendo que lo tenía todo bajo control, se deshizo de Dios. Ya no hacía falta. Lamentablemente me incluyo en esta vorágine pues de alguna manera forme parte de ese movimiento "creador" de conocimiento, teorías y postulados epistemicos que nos hacen ver y creer que somos inteligentes y eruditos, cuando en realidad somos simples y rebeldes pensadores que buscamos superar a Dios y satisfacer a círculos exclusivos de la ciencia y la intelectualidad. Este no es nuestro caso. Nada de eso.
     Al redondeos, sabemos que la educación laica domina el escenario de la formación básica, media, diversificada o universitaria en el mundo y apunta a enseñar o adiestrar, a las nuevas generaciones, en lo que conviene a naciones democráticas, capitalistas o comunistas, sin tomar en cuenta a Dios. En este proyecto Dios es solo una leyenda, un cuento insuflado por la tradición hebreo-judaica y el hombre en general con el objeto de sentirse complacido con la tesis de la evolución y la transitoriedad del conocimiento; un tanto parecido a lo que la modernidad significa, como sustento filosófico, para los regímenes absolutistas de la Europa medieval. La frase "le ete se mua" del príncipe Felipe antes de la explosión de la Revolución Francesa, así como el totalitarismo, el comunismo o el socialismo del XXI representan la aquiescencia de la modernidad la cual sigue presente en estas ideologías y en el comportamientos o actitudes en tiempos de innovación y permeabilidad del conocimiento, teorías y tecnologías, sin pretender profundizar en otras esferas.
     Lo contrario a la educación cristiana es la educación laica que, en el fondo, ha logrado destruir la debilidad de valores éticos arraigados en las sociedades menos avanzadas, imponiendo los anti valores de las sociedades desarrolladas, por aquello del principio de imitación, sospechando que estas hacen lo correcto. En otras palabras, el mundo está hundiéndose en una especie de espirar demoniaco, donde los anti valores dominan y controlan la vida en sus distintos escenarios, y donde lo bueno es insultado y difamado como lo malo y lo malo es exaltado como lo bueno, siendo esto último lo que se debe hacer e imitar. Así pues, quienes se oponen a la educación cristiana tienen como meta principal desechar la idea de que la Palabra de Dios es la guía justa para formar nuevos los ciudadanos que mundo necesita. Cuando dejamos a Dios fuera de nuestros planes formativos, le damos, a las distintas corrientes epistemicas de la educación, la posibilidad de crear conocimientos con los que intentan "destronar" a Dios como fuente del saber. Esta es la lucha del mundo científico, académico e intelectual. Deberíamos complementar, no intentar destruir la inmensidad de Dios.
     Pues bien, a sabiendas de todo lo anterior o de las intenciones del hombre, Dios creador lo previene y advierte en la Biblia por medio de Isaías, capítulo 5, versículo 20, cuando nos dice: "Ay de los que a lo malo le dicen bueno, y a lo bueno malo, que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo". Para quienes creemos en Dios, sabemos cuáles son las consecuencias del incumplimiento de este pasaje bíblico, pero los que aún sabiendo que hacen el mal, persisten en lo abominable, Dios les tiene un juicio justo. Usted sabrá qué hacer. Pero si nosotros, y con ellos nos referimos a la educación, nos enfocáramos en aplicar lo que nos dice el apóstol Juan en la primera epístola, capítulo 3, versículo 11 el cual nos dice: "Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros". La belleza de este versículo y el amor del Dios nos invitan a formar seres humanos virtuosos pues Dios sabe lo mal que puede llegar ser el hombre sin amor en su corazón.
     A la altura de la segunda década del siglo XXI, afirmamos lo lejos que estamos de enseñar a amar al prójimo. Amar significa, tratar con cariño, afecto, compasión; así la vida estaría llena de amabilidad, cortesía y decencia pues nadie que ame a otra persona se propondría ser agresivo, indecente e insensible. Una pregunta universal sería, por qué el mundo no nos enseño amarnos, será que les interesaba más las guerras y los conflictos, o por qué no se nos enseñó que el orgullo es una actitud no propia de un hijo de Dios, sino del enemigo y que el orgullo conduce al error y al pecado del cual debemos arrepentirnos. En definitiva, si Venezuela hubiese tenido una educación cristiana, probablemente no estuviésemos divididos, no habría odio y exclusión entre bandos opuestos y nunca hubiésemos tenidos líderes o gobernantes prototipos de la malignidad de hoy en día.

Dios bendiga a Venezuela

Friday, April 22, 2016

El hombre natural y el discernimiento

     No sorprende la ceguera o la incapacidad para descifrar de lo sucede en Venezuela. Tanto es asi que, conocidos personajes de la vida intelectual, académica y hasta religiosa, termino normalmente utilizado para identificar las distintas creencias y no así para definir la relación que cada cristiano debe mantener con Dios, no comprenden el origen de la realidad social, económica y política del país. En consecuencia, y de manera insospechada, no atinan a reconocer que vivimos en una sociedad enferma y agonizante, que vive la inocultable evidencia del fin de una civilización, marcada por el predominio de la praxis de anti valores y que dará paso al nacimiento de una nueva era donde lo etico será lo esencial para bien de todos.
   Esta ceguera, explicada claramente en la Biblia, versión Reina Valera 1960, en el libro de Segundo de los Corintios, capítulo 4, versículo 4, nos alerta sobre la limitaciones del hombre natural de esta manera: "el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios"; dicho de otra manera, el mundo tal como está no posee las cualidades para discernir ni tampoco comprender lo que la vista y otros sentidos informan, pues lo que experimentamos o vivimos va más allá de lo físico, en extracto, la explicación de nuestra realidad no debe sostenerse desde lo natural, sino desde lo espiritual. La Palabra de Dios es profunda en esta dirección y lo complementa: "el hombre  natural no percibe las cosas que son del espíritu de Dios, porque para él son locura, no las puede entender porque las han de discernir espiritualmente"; 1 Corintio 2:14, Ibídem. En tal sentido, los sucesos de Venezuela, Colombia, EEUU, Brasil, Argentina, España o Cuba por solo ejemplificar algunos de los países, no se deben interpretar desde la óptica natural, deben ser captados e interpretados desde la óptica espiritual, entonces será posible buscar y aplicar la solución adecuada.
    Pero, ¿cuál es solución adecuada? Simple. El mundo y hombre natural decidieron solucionar las dificultades con un discernimiento limitado, de este modo, los errores son vistos como algo normal, los pecados y lo aborrecible son aceptados, pero la muerte es el precio que se ha de pagar, cuando Dios nos ofrece el perdón de nuestras injusticias, la restauración y la vida eterna -todos estos fines normalmente ignorados, desacreditados por el hombre natural y el mundo pues para ellos nada es cierto, si no es comprobado por las ciencias del hombre.
    Venezuela es el ejemplo que ponemos a disposición. Ante los ojos del mundo Venezuela parece agonizar. Eso es lo que nuestros sentidos nos informan, pero olvidemos los sentidos y centrémonos en lo que estamos aprendiendo, en todas las cosas des agradables que no vamos a repetir pues lo malo, lo que hace daño se evita. Miremos nuestro hermoso país con ojos de Fe, que es espiritual, la misma que nos permite ver cómo Venezuela se está transformando en algo superior. Dejemos los pensamientos negativos, abandonemos las dudas y miremos las cosas extraordinarias que Dios nos tiene preparado pues Debemos creer que nuestro país será la lámpara que iluminara la oscuridad de Latinoamérica. ¿Qué haremos para ver esta verdad? Pues Dios no invita a ser buenos, a dejar el pecado, a discernir lo bueno de lo malo y sobre todas las cosas amar al prójimo, es decir, "cada uno de nosotros agrade al prójimo en lo que es bueno, para edificación", Romanos 15:2; ibídem.

     

Thursday, March 24, 2016

Una nueva forma de evangelizar

  Recuerdo que, desde temprana edad, cuestionaba el comportamiento de las personas. Era una especie de pasatiempo. Así que, entre la rutina diaria me dedicaba a observar lo que sucedía a mi alrededor; prestaba atencion a los gestos, la mímica y las expresiones en los rostros de mis padres, hermanos y amigos, quienes ofrecían un universo de mensajes con distintas connotaciones.
     Así pues, era un entretenimiento descifrar el significado del lenguaje no verbal en el contexto familiar, social, externo y lejano, que es posible por medio de la televisión y la Internet. Si bien, ya no divierte tanto como antes puesto que ahora los contenidos negativos se han multiplicado y demandan soluciones, no simples descripciones, la tarea vital, de hoy en día, es disminuir comportamientos impropios, para elevar la calidad de las relaciones entre los seres humanos al grado de ciudadanos y no de habitantes, como normalmente acontece. No sería beneficioso, si fuésemos indiferentes ante esta realidad que nos aturde: la mayoría de los venezolanos nos rendimos ante el poder de la condición humana.
   Los seres humanos poseemos cualidades y competencias biopsicologicas que nos distinguen del resto de los seres vivos. Esta no es una afirmación espuria. Viene de la Biblia, el libro de la fe cristiana; "Entonces dijo Dios: Hagámos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, en todo animal que se arrastra sobre la tierra"; Genesis 1:26, Reina Valera 1960. Sin temor a dudas, Dios claramente nos provee superioridad sobre otras especies, pero jamás promueve la del hombre hacia el hombre, pero los seres humanos claudicamos ante el poder de la condición humana.
   Y en efecto, la incapacidad de controlar, por así decirlo, el poder de la estructuración biológica y psicológica provista, favorece a la exhibición de antivalores. Muy fácil es actuar sin recato y control, pues lo básico e innato es la acción espontánea e irreflexiva la cual permite la explosión de la animalidad que disponemos. Sin embargo, así como estamos preparados para expresar agresividad e irrespeto, también estamos dotados de cualidades que facilitan expresar sensibilidad, honestidad y generosidad, que vienen de un corazón limpio o de un gran denuedo, ya que se requiere ser compasivo. Una condición nada frecuente puesto que lo ético exige sacrificios. Por esta razón es común observar el predominio de la infamia en vez de la nobleza en mundo cada vez más caótico.
    Debido a nuestra debilidad ante la condición humana, Venezuela, y este es un caso especial, pudiera ser en Latinoamérica la muestra fehaciente de la pequeñez del ser humano. En otras palabras, sucede cuando permitimos que los instintos más bajos nos guíen o dejamos que sean la base del comportamiento que nos conduce al logro de metas personales; con ello, nos referimos a todos los venezolanos, no se trata sólo de los actores políticos, en exclusivo, pues la condición humana afecta a todos los seres humanos por igual y sin distinción específica. 
     Hoy, por las evidencias exhibidas, los venezolanos actuamos más por instinto que por razonamiento o discernimiento. Es por esta razón que lo inaceptable es aceptado como algo normal y rutinario. Al final, el facilísimo, lo menesteroso o la picardía criolla; igualmente, la hipocresía, la envidia, la insolencia, la descortesía, la agresividad, el egoísmo, la irresponsabilidad, la ignorancia, el resentimiento, el conformismo, la exclusión, la apatía, la deshonestidad y la codicia producen el engaño, la manipulación, la demagogia, el populismo, la tiranía, la disfunción social o familiar y los vicios, por ejemplo. Ante este  panorama queda al descubierto la oscuridad en la cual vivimos, pero al mismo tiempo nos anuncia que estamos en el umbral de una nueva Venezuela, de una nueva sociedad, una nueva civilización, y también sospecho que estamos ante una nueva manera de evangelizar pues formar ciudadanos es acércanos al Reino de Dios.

#VenezuelaBrillara

Wednesday, February 24, 2016

El milagro de la vida

  

    Y el médico, especialista en nefrologia, soltó sin piedad: "en tres meses estarás en diálisis". Me sentenciaba como si fuese el dueño de mi destino. Por su puesto, no le creí. ¿Cómo se puede creer a alguien que de manera irresponsable se refiere acerca de la vida como si se tratara de un juego de béisbol. Estaba obligado a negarla verdad por el modo irresponsable de abordar tan delicado momento de mi existencia. Esa era y es la actitud que corresponde cuando uno no tiene a Dios.
     Pero bueno, luego en casa, con un ¿por qué yo? acepte lo inevitable: estaba muy enfermo. Con el corazón entristecido por la incertidumbre y el cerebro a mil por hora, las preguntas revoloteaban sin cesar de pared a pared y las quejas, innumerables, aumentaban contra Dios, a quien nunca recurrí previamente. Sufría una enfermedad renal crónica terminal. Un tipo de enfermedad incurable, cuya evolución, generalmente, concluye con el fallecimiento de quién la sufre. Lo más extraño es que siendo genética nadie más la ha manifestado en mi entorno familiar. En todo caso pudiera ser no recurrente. Que así sea. 
     La tribulación fue grande y no tenía otra opción: luchar con lo que estaba a mi alcance. Hice dietas, aprendí a ser vegetariano y practique tai chi; de poco sirvieron estas estrategias para superar tan penoso momento. Sin embargo no fueron tres meses; transcurrieron seis años antes de recibir la primera sesión de diálisis en los cuatro años, seis meses y treces días de esfuerzos y lucha continua. En mi brazo izquierdo permanecerán por siempre las huellas de aquella amarga experiencia; ellas me recuerdan cuan cuidadoso debo ser con mi salud y con mi vida. 
    Con la gracia de Dios pude alargar los días sin el tratamiento mecánico o de homodialisis. Si. Una maquina hace el desempeño de los riñones. Ciertamente es la única manera de sobrevivir; aunque la calidad de vida se va apagando progresivamente y, en muchos casos, la propia diálisis consume los músculos, la energía y la vida. Es la única manera de permanecer vivo. Un callejón sin salida. Pero, ¿había otra salida? No. 
     Acepté mi realidad. No fue fácil ver los fluidos sanguíneos salir de las arterias, que pasaran por mangueras o arterias artificiales, recorrer un filtro, entre otros detalles, y regresar a tu cuerpo débil y quebrantado. Fueron días grises pues andaba entre la vida y la muerte. Dolío ver cómo se iba la vida a mi alrededor y como la muerte me amenazaba día tras día. Sobrevivir era mi prioridad. Sé que perdí muchas experiencias familiares y sociales. Fue inevitable, pero Dios me dio cualidades muy significativas. Siempre confié en él, le supliqué a cada instante por un riñón y fue bueno conmigo. Qué más puedo decir. No fue el hombre quien me saco de allá pues miles enfermos renales mueren esperando por el remplazo. Pero, no todo fue desagradable. En ese periodo Dios, con su gracia, me otorgó cualidades y me enseñó más de lo que aprendí durante todos mis años de vivencias y estudios. Aprendí, también, que nadie tiene el control de la vida. Solo Dios lo sabe y puede hacer su propósito en ti cuando él lo decida. 
     En aquel entonces, el sistema de transplante de órganos era eficiente, si lo comparamos con el actual. Así que una llamada, aquel viernes lluvioso, cambiaría mis expectativas. "Mira Beltran, te estoy llamando desde hace horas". Dijo mi primo Mario Brito (+). "Debes estar en Caracas a las dos de la tarde". Fue el 24 de febrero del año 2006. Estaba seguro que todo saldría bien, pero habían obstáculos menores que superar: los nervios, el móvil sin batería, el viaducto en escombros, no habían taxis en Maiquetia, solo pocos mototaxistas. "Chamo, puedes llevarme al Hospital Militar"; le dije a uno que estaba por ahí. "Tranquilo, no hay problema", me respondió". "Cuánto es"; "Treinta bolívares". Le pagué cuarenta. El tránsito era pesado por la cola de la carretera vieja de Caracas-La Guaira, única vía hacia el litoral capitalino. Me aferraba a la vida. Inolvidable, no lo creía. El día esperado. Dios tú lo hiciste. 
     La operación se iniciaría alrdedor de las once de la noche y terminaría después de 01 am del día 25, sábado de carnaval. Que recuerdo. En el pasillo anterior al quirófano temblaba a causa del frío o de los nervios; todavía no estoy seguro. Oí, a lo lejos, a los médicos hablar: "es un paciente varón de 45 años y tiene riñones poliquisticos". No capte otra información pues me concentraba en orar a Dios. Había en mí una confianza rara, esa que supera todo entendimiento (Fi 4:7) La vida me sonreiría de nuevo. Mis sueños se harían realidad. El milagro de vivir está en mi por la gracia de Dios.
    Hoy 25 de febrero cumplo año de nuevo. Hacen diez años nací otra vez. Mi riñón injertado tiene los primeros 10 años y no saben ustedes lo grande que es regresar de allá, ni se imaginan cuánto valoro a la vida y cada momento que ella me da. Parece que fue ayer cuando regresaba de diálisis a casa sin fuerzas pero con vida. Eso pasó y aunque físicamente aparento fragilidad, no lo estoy, porque más fuerte es el que está en mi. Y si no adquiero peso ni músculos, aunque consuma grandes proporciones de carbohidratos y proteínas, estoy sano y fuerte. Lo necesario para caminar, reflexionar, escribir y leer.
     Mi vida giró. Dios puso el milagro de la vida en mi cuando decidió darme otra oportunidad. Ahora mismo nada es igual que antes. Soy otro. Valoro lo que deje ir, pero pensándolo bien nada perdí porque todavía está. Ahora sé hacia dónde voy y que todo cuanto hago tiene un propósito y fin. Hoy solicitó a Dios, mi gran confidente, que continúe guiando mis pasos y le agradezco, a cada amanecer, por el milagro de vida y el placer de permitirme transmitir el valor de su Palabra, porque a fin de cuentas conocer a Dios es una tarea impostergable para mí, pues ignorar el conocimiento de Dios es como andar a ciegas, tanteando con un bastón en la oscuridad. 

Aunque no lo creas, Dios está contigo y no te desampara ni un solo instante; pues él está vivo y te oye; así que cuéntale todas tus necesidades, espera confiado (a) y ten paciencia que toda prueba tiene su gran recompensa.


#VenezuelaBrillara

Sunday, January 24, 2016

Renovaos vuestro entendimiento o morid

     Interpretando referencias que nutran la idea de formar ciudadanos encontramos en la Biblia, el libro de la Fe cristiana, una agradable sorpresa. Allí Pablo nos dice: "no os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta"; Romanos 12:2, RV1960. Esta singular cita, ubicada probablemente entre los años 50 y 60 d.C, presenta al apóstol Pablo quien, ungido por el Espíritu Santo, escribe la carta "a sus queridos hermanos de la iglesia de Roma" (1.1). Saulo, un judio de origen y creencia, quien previamente perseguía y asolaba a los cristianos, pero luego es converso y transformado en Paulo, es el apóstol a cual Dios utiliza para aconsejar a los primeros cristianos de Roma, sobre lo que deberían hacer para identificar la buena voluntad de Dios.
     Este versículo denota una profundidad filosófica y profética que sobrepasa el entendimiento de los pensadores y eruditos posteriores, quienes, por lo general, desechan la Palabra de Dios por orgullo, arrogancia y prepotencia, ignorando la verdad indiscutible que es Dios. De esta manera, el mundo prefiere orientarse bajo el criterio del hombre y; es así como los centros de formación académica, - escuelas, liceos y universidades-, desatienden los fines supremos demandados por la humanidad y que, Dios con su misericordia nos ofrece por medio de Pablo.
     Con el propósito de comprender este versículo necesario es, en primer lugar, admitir que el sustantivo conformarse traduce aceptar o adaptarse a algo. Pues bien, conformarse es, en esencia, la actitud de permanecer o vivir atado a un modelo o paradigma de entendimiento e interpretación inmutable, único, inalterable y sin posibilidades de cambio; de modo que conformarse es perder la oportunidad de avanzar, expandir conocimientos y saberes, para así allanar el camino y ser auténticos ciudadanos, no simples habitantes del mundo. En el caso de las personas apáticas, indiferentes y resignadas con lo aprendido es imposible renovarse y transformarse a sí mismas y menos esquivar las trampas a las que son expuestas diariamente; conformarse es quedarse estacionado sin posibilidades de dilucidar o diferenciar entre lo correcto e incorrecto. 
     Permanecer con lo aprendido es estancarse y lo estancado se descompone, se hace impropio. Es rendirse, abandonarse y dejar que el tiempo y los elementos transcurran impidiendo descifrar y comprender la naturaleza de los fenómenos sociales, comunicacionales, tecnológicos, políticos y económicos y, más allá, es la incapacidad para reconocer lo maligno que está en la moda, la publicidad, los placeres, la belleza, la estética, la simpatía, el carisma, la popularidad, los derechos, las artes y la riqueza, por ejemplo. Quienes no se renuevan están condenándose a ser la cola y nunca el eje transformador de una sociedad pues son como las hojas secas, que luego de caídas y reposadas, son arrastradas según la fuerza y la dirección de la brisa; no tienen el poder para desplazarse por sí solas; están condenadas a ser objetos y nunca sujetos del movimiento que innova. Estar satisfechos con lo que se sabe es cerrar la puerta a la innovación, es aceptar a vivir en el pecado, el error, el atraso, la manipulación y el control, origen de la pobreza, el populismo, la demagogia y la muerte.
     En opuesto, el sustantivo renovación significa actualizar e innovar y; dado que se trata del entendimiento, se asume como una cualidad de las personas que permite, por medio de la interpretación y la comprensión, probar, comprobar y ratificar la buena voluntad de Dios. En otras palabras, Dios nos dice que, con la renovación del entendimiento es posible identificar aquellas cosas que nos perjudican y las que nos favorecen; permitiéndonos seleccionar el camino correcto. Así que nos invita a mostrar una actitud transformadora, dinámica y nunca pasiva e indiferente ante la vida y el entorno. Renovarse significa mantener una actitud que se inicia en la interpretación de los fenómenos desarrollados, apertura el entendimiento de las diferentes aristas que conducen a comprender la naturaleza de los eventos, para que luego, evaluemos, valoremos y la decidamos de la manera correcta. En extracto, es renovar el entendimiento, caminar con inteligencia y audacia en la vida, actualizar el conocimiento y los saberes, lo que en definitiva, ayuda a ser más eficientes, efectivos y eficaces. De este modo es posible ofrecer respuestas pertinentes a las exigencias, pero sobre todo, vivir bajo los estatutos que Dios nos ha dado.
     Nadie, consciente de esta verdad, negará la importancia de innovar, expandir conocimientos, los saberes y la propia inteligencia, pues renovar el entendimiento es ser inteligente y la inteligencia no viene solo de comprender sino, más bien, de renovar la comprensión a fin de que podamos entender el por qué, las causas y las consecuencias de los eventos o cosas, tanto de las que nos convienen, como de las que nos perjudican. Dios por medio del Espíritu Santo usa a Pablo y nos deja este versículo en el cual nos invita a sustituir continuamente los saberes y el entendimiento, para que así podamos dilucidar entre lo apropiado e inapropiado. 
     El ser humano posee capacidades biológicas, psicológicas e intelectuales para seguir aprendiendo por medio del libre albedrío y de la inquietud propia que produce el ser cognonscente, entonces profundiza sus razonamientos, logra la comprensión y el entendimiento de los eventos; en consecuencia, aprender, innovar, inventar y avanzar le es natural. El ser humano obediente sabe que toda innovación no es buena por sí sola, pero eso debe estar preparado para comprobar e identificar la buena voluntad de Dios, que siempre es agradable y perfecta, pues Dios no quiere que seamos engañados, ni utilizados y menos controlados por el hombre. En este sentido, Dios nos ha provisto de cualidades específicas para que identifiquemos lo que nos perjudica y decidamos cómo actuar adecuadamente. 
      El desconocimiento de la palabra de Dios ha llevado a la educación de Venezuela, como al resto del mundo, a enfocarse, casi en exclusivo, a preparar para el trabajo, la producción, la ganancia, el resultado rentístico, en síntesis, para la acumulación de riquezas monetarias o materiales. Hasta ahora las carreras, -exceptuando la docencia- están de alguna manera dirigidas a obtener provecho, al intercambio comercial, bajo la premisa de que el capital es lo que mueve al mundo y es el origen de la felicidad. En base a este esquema son válidas las artimañas que hacen posible el éxito individual o colectivo, de un lado quedaron rezagados otras metas. Aquí, entonces, no tiene sentido enseñar la solidaridad entre ricos y pobres, el respeto a la vida, la cortesía, la amabilidad y la decencia entre las personas, por ejemplo. Estas cualidades no tienen importancia, al contrario, son obstáculos a los fines anteriores o, en el mejor de los casos, son simples instrumentos para lograr beneficios materiales y no para establecer la armonía, la paz o la convivencia. Estas no tienen el menor significado. No interesan. Y, ¿qué podríamos de decir de la honestidad, el servicio, la compasión, la inclusión y la participación? Ante la opinión mundial ha quedado suficientemente comprobado la ausencia de la práctica de estos valores; debido a que la educación no es el eje transformador y renovador del entendimiento. Por ello el mundo está a la deriva o en la ruta que el enemigo planificó, donde lo malo es normal y hasta bueno o aceptado, todo ello debido a que Adán abrió en el Edén cuando confiado de sí mismo, desobedeció al Rey de Reyes, al Señor de señores.

Señor, haz tu reino aquí en la tierra como en el cielo.
Dios bendiga a Venezuela 

Sunday, December 27, 2015

¿Ladrillos nuevos o viejos?

    No creo que estemos preparados para el cambio ético. Ello requiere un mayor esfuerzo y tiempo. Probablemente mayor sufrimiento y penas, entonces las necesidades obligarán a establecer pensamientos, decisiones y acciones acordes con las necesidades de mejorar. Pero, por ahora no se vislumbra ese cambio esperado.
    Muy lamentablemente, políticos, intelectuales y hasta humoristas están casados con la idea de iniciar la construcción de este nuevo edificio, que es Venezuela, con materiales viejos y usados, que cumplieron su tarea, y es más, ya no están para las batallas que la ética exige. Necesitamos materiales nuevos, resistentes, capaces de superar las exigencias que se avecinan. No será fácil, pero podríamos confiar en lo nuevo, lo viejo que fue probado no tiene nada que probar. No tiene resistencia ética, para qué utilizarlo nuevamente? Es increíble que se quiera construir con lo usado o con parte del edificio derrumbado.
   Venezuela ha sido un país de gente noble e incauta, por no decir, ignorante, aunque esta es la connotación apropiada, duele aceptarlo. Sin embargo, este no es el fin del mundo. Todos los paises desarrollados pasaron por esto. En nuestro caso, no será diferente la lucha contra la ignorancia política. Aprenderemos y superaremos esta realidad. Estamos en eso, pero vamos a aligerar las cargas. No pongamos más engaños sobre las mayorías, hagamos el sacrificio que tengamos que hacer, pero no más engaño, traiciones y manipulaciones. A los diputados electos les sugiero, una vez más, que dejen las ambiciones a un lado. Venezuela, toda, es lo más importante. Nada supera el amor por un pueblo traicionado una y otra vez. Si Venezuela no les duele, no harán los sacrificios.
     Diputados electos, que la lectura del 6D no les engañe. El pueblo voto para salir de esta delincuencial red. No planeen repetir la cuarta república, la cual se conoce con aquella frase irresponsable "cuando éramos felices y no lo sabíamos". No. No éramos felices pues de allí vino este presente, o no quieren recordar todo lo que en esta etapa paso? Pues, había corrupción, un presidente regalaba dinero a otros países, parecido, verdad, una amante gobernaba, un ministro llamaba menudencia a 99 jeeps mal adjudicados, un chino pago los platos rotos de RECADI, los ambiciosos Caldera y Pérez repitieron más por por la terquedad y egoísmo que por méritos. En fin, hay más historias que contar, suficiente como para desechar la intención de regresar a ese modelo nefasto.
   Señores, no crean que votaron por un plan político específico. Ahora mismo, no hay partido político que les entusiasme. En el fondo desean ver resultados: salarios dignos, alimentos, seguridad ciudadana, medicinas, empleos servicios públicos eficientes, etc. No hay más cheques en blanco para partido político alguno. No van a confiar en ustedes así de fácil. Por todo esa verdad, vamos a construir nuestro edificio con materiales sólidos, que sean inquebrantable a la ruindad, que es la trampa y la corrupción. Construyamos al mejor país con el mejor material posible. Basta de pícaros. Venezuela se merce lo mejor.
  El mejor regalo que podrían hacerle a Venezuela es redactar y firmar un documento por los Principios de la Refundación de Venezuela. Allí se deberá establecer un compromiso, no sólo sobre el documento, sino también en el corazón de cada uno de ustedes, para llevar adelante los sueños de hacer grande esta bella nación. 

Feliz 2016
#VenezuelaBrillara
#VenezuelaSeraGrandeEntreLasNaciones

Si tan solo aceptarán a Dios en sus corazones, la lucha sería menos traumática. Dios bendice a Venezuela 

Tuesday, December 22, 2015

Cambio ¿Aceptamos el desafío?

     Los efectos de las elecciones del pasado 6D se hacen sentir. No ha sido cualquier cosa lo que ha sucedido. El régimen no esperaba este desaire o rechazo y la oposición no suponía este apoyo y más allá, pareciera no comprender el desafío que tiene ante sí: el cambio. Si, son tiempos de cambios. Ese es el mandato del pueblo. Ahora bien, ¿Administraran el sentimiento y deseo de las mayorías?
     Sin duda que, estas elecciones tienen un significado especial en la historia política de Venezuela y probablemente para Latinoamérica; pues estamos en presencia del final de una etapa y el inicio de otra, marcada por la madurez cultural, como sociedad democrática de Venezuela. Se dice fácil. Pero sí, es el trajinar de la transición desde la condición de habitante hacia la condición de ciudadano. Los venezolanos lo estamos viviendo.
    La lectura de los resultados tiene varias aristas, pero es la designación del presidente de la Asamblea Naciona donde todavía se percibe álgidez de la cruda realidad venezolana: los actores políticos deben asumir el compromiso del cambio, que desde nuestra óptica, significa modificar, transformar e innovar para dejar de hacer algo de una manera poco o nada conveniente por otra que, en todo caso, debe y ha de ser mejor. El cambio se traduce en la manera de optimizar el funcionamiento de una acción, un proceso, una organización o, en nuestro caso, un país. Pues bien, el análisis simple es que la gente votó por el cambio. Ello es lo que humanamente hacen los habitantes cada vez que van a eleciones. 
    Sin embargo, para que se desarrollen los cambios demandados en Venezuela es necesario la existencia de un cambio interno, en el ser; en otras palabras, en los valores y de allí en las acciones, el caso que nos ocupa, en los diputados electos. Primero, en los valores porque estos conducen a pensamientos y planeamientos convenientes al país todo; luego en las acciones pues éstas demostrarán que el amor si reside o está en el corazón y los frutos del amor son: compasión y honestidad, por nombrar dos principios fundamentales. Si ello no fuere así, el cacareado cambio será otra frustración.
     Ante esta nueva realidad, es propicio preguntarse: ¿están los diputados electos dispuestos a cambiar? ¿reconocen la necesidad de cambiar a lo interno? ¿Reconocen que los errores vienen del pasado y no sólo del presente? ¿Están dispuestos a pedir perdón o no se sienten responsables? ¿Están dispuestos a cambiar la forma de hacer política? ¿Seguirán manipulando, engañando y burlándose de las mayorías? ¿Qué señal se envía a las mayorías si se escoge a un representante del pasado? ¿No está preparada la nueva generación, para llevar adelante el desafío de transformar o bien, son los experimentados, los pícaros y hasta cómplices de corruptelas de la denominada cuarta república las personas adecuadas para este demandado cambio? Si las cosas fueren decidida por tal experiencia, Venezuela no tendrá escapatoria. Estaría condenada al fracaso. Pobre Venezuela.
     Diputados experimentados, y jóvenes también, Venezuela pide a gritos un cambio ético. Basta que el carisma o la palabra fácil sean las únicas semblanzas para elegir a líderes. Necesario es que haya espacio para el ejercicio de la eticidad ciudadana donde la honestidad y el amor sea manifestado, lejos de la hipocresía, en el servicio público. Modelen la ciudadanía con sus acciones, lenguaje, gestos y opiniones pues la avaricia, el odio, la picardía y la triquiñuela se ve en sus rostros y es asimilado con el fin.
    Hay espacio para triunfar, pero también para equivocarse, pero equivocarse no nos conviene. Confiemos en que miedo al fracaso no permita que el origen de este presente nos guíe. No es hora de fallar. Llego la hora de triunfar. Brinden la oportunidad, a toda Venezuela, de lograr la convivencia y el progreso esperado.

Ámense unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente. Romanos 12:10
Si tan solo habitara en el corazón de cada uno de nosotros el amor por el prójimo, otra cosa sería de Venezuela.

#VenezuelaBrillara
#DiosEstaConVenezuela