Sunday, November 18, 2012

Educar, un acto político?


   Nunca se hizo tan necesario dejar atrás la ceguera e incertidumbre entre política y educación para entrar, de una vez, a la praxis viva de enseñar la democracia. 



     Si. Debido fundamentalmente a que el ser humano, por instinto, es un ser social. Para ello, dispone de cualidades y competencias apropiadamente dispuestas para mantener contacto, de manera habitual, con otras parsonas. Así que, dado que relacionarse es un compromiso, creado por la necesidad de alcanzar metas y satisfacer necesidades, asume estrategias y tácticas apropiadas para triunfar, ya que, de lo contrario, fracasaría en su intento por mejorar su existencia y bienestar. Nadie en su sano juicio podría avanzar a solas. Por esta razón, Aristóteles lo denominaría "zoon politikon", lo cual significa que somos seres políticos de manera natural y conveniente. Es decir, dado a que vivimos y compartimos necesidades, proyectos y espacios comunes, requerimos convivir y organizar nuestras vidas de la mejor manera posible. De manera que, cuando nos referimos a educación, una acción netamente humana, dicho de otra manera, de humanos para humanos, aceptamos que es un acto puro e inminentemente político.
     Desde esta perspectiva, la educación nunca podrá zafarse de la política. Sería imposible. Pues, la política es una acción y un talento inherente y vital de los seres humanos y, como tal, permanece toda la vida. Se inicia en el entorno familiar y continua en el contexto social, donde somos educados. En la familia, por ejemplo, nos enseñan a ser políticos de manera involuntaria; cada vez que nos muestran una sonrisa aprendemos a sonreír. Luego descubrimos que sonreír, fruncir el seño, llorar o gritar tienen significados y son útiles para manipular y lograr propósitos. Más tarde, en la adultez, ya sabemos sobradamente que manejando las apariencias o los estados ánimos podemos lograr metas. Con el aprendizaje recibido y las cualidades innatas demostramos que somos seres explicítamente políticos.
     Tanto la familia, como en el contexto social, ambos escenarios de la educación informal, transmiten, en el estricto sentido de la palabra, de generación en generación y de manera involuntaria, el acervo político nacional. Sucede sin premeditación y subordinado, siempre, a la cultura política adquirida previamente -nos referimos a los valores que perduran en el pensamiento, las decisiones y acciones de cada habitante. En efecto, a través del desenvolvimiento de los padres, familiares o personas adultas somos moldeados de un modo específico; adquirimos valores y anti valores éticos provenientes de imagenes, gestos, palabras y frases las cuales son apropiadas durante el crecimiento y cognitivo individual. Así pues, se va constituyendo una visión o manera de ver e interpretar la vida y lo relacionado a ella. En el fondo, la educación informal proporciona el primer cristal por medio del cual las personas, en la adultez, van a construir apresiaciones, opiniones y conceptos relacionados con la política. He allí la importancia de la familia y la sociedad en la construcción y consolidación de valores democráticos para las nuevas generaciones.
    Posterior a lo involuntario de la familia y del contexto social viene lo planificado de la educación formal, que es desarrollada en las escuelas, los liceos y las universidades, niveles de escolaridad donde intervienen adultos en el papel de maestros y profesores. Preparados para educar y formar, no solo en lo cognitivo, sino también en lo actitudinal, dimensión en la cual lo ético representa la esencia al momento de dilucidar y enseñar la democracia, llama la atención el desinteres y la escasa formación política y democrática; pues siendo profesionales de la educación, primero, como producto de familias con escasez de valores democráticos y luego de sistemas educativos desfasados de las demandas formativas para este siglo, representan un desafío. No están preparados para trasmitir valores democráticos y hacer de la educación un acto político responsable, como corresponde ante la debilidad fáctica de la democracia en América Latina y más allá. Esta realidad ha dado pie al avance del comunismo, hoy ratificada como la ideología de la sumisión, la esclavitud y la humillación de los seres humanos.
    Para las sociedades democráticas de este siglo es un asunto vital comprender la necesidad de que la educación debería ser un acto juiciosamente político. Más explícito, hoy en día está, mas que, justificado la enseñanza de la democracia. A caso, todavía, ¿no persiste el fanatismo ciego por lo caótio del comunismo? ¿O no son sufientes las causas de La Caída del Muro del Berlín y El Derrumbe de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y finalmente, ¿no es necesario formar ciudadanos para la democracia? Después de todo los habitantes dejaron resultados nada convinventes. Estos ejemplos indiscutibles nos permiten decidir, de una vez, el uso de la educación para fortalecer la democracia. Por otro lado, ¿no es sufciente el resultado de una educación "apolitica", cuando observamos que la fragilidad del ejercicio de la democracia en Venezuela, por ejemplo, produjo "La Revolución Bonita" y condujo al uno de los países con mayores potencialidades a la ruidad como norma. Y más allá, hay ejercicios democráticos sin posibilidad de pasar la prueba de la honestidad y la trasparencia como España en Europa, Brasil, México, Argentina y Ecuador en América Latina, donde se podrían abrir espacios abiertos hacia el comunismo.   
   Lamentablemente, hoy se discute el tema del curriculo oculto. Nada más estéril, pues bien claro está que todos los currícula del mundo entre en sus fines: formar para prolongar un pensamiento y manera de ver la vida. Lo insolito es que la democracia no forma para la democracia, forma para la manipulación y la imposibilidad de pensar y actuar.
    Sin temor a dudas, el mundo democrático, hasta ahora, no ha interpretado y actuado, como corresponde para afrontar los desafíos planteados. Simplemente, no está dispuesto para conservar y construir la democracia, que hoy ha adquido la preeminencia ideológica mundial. Seguramente supune innecesario hacer tanto esfuerzo. Claro, ello significaría, por una parte, desmontar la diacronía educativa, ya al descubierto y, luego, un alto costo intelectual: aceptar que el paradigma de la modernidad todavía permanece en la educación como hace dos cientos años. Esto pareciera ser el fin de muchos intelectuales de la educación actual lo cual es inaceptable.


Luis Beltrán Campos Bolívar

Sunday, November 11, 2012

Sembrar el petróleo es formar ciudadanos

   El pasado 14 de julio se cumplieron 76 años del articulo "Sembrar el petróleo" de nuestro insigne Arturo Uslar Pietri, quien con esta publicación mostró su claridad singular pues los hechos han comprobado, con amplia certeza, su justa y premonitoria visión. En su desvelo, por un país, que inesperadamente se convierte en rico a causa de petróleo, sostiene: "llegar a hacer de Venezuela un país improductivo y ocioso, un inmenso parásito del petroleo, nadando en una abundancia momentánea y corruptora y abocado a una catástrofe inminente e inevitable". Así, advertía que el uso irracional y antitético de los monumentales recursos provenientes de la renta petrolera produciría irremediablemente el caos que hoy soportamos. No se equivoco. Más adelante sugiere "aprovechar la riqueza transitoria para crear las bases sanas y amplias de esa economía progresiva que será nuestra verdadera acta de independencia". Continua expresando: "en lugar de ser el petróleo una maldición que haya de convertirnos en un pueblo parasito inútil, sea la afortunada coyuntura que permita con su súbita riqueza acelerar y fortificar la evolución productora del pueblo venezolano en condiciones excepcionales".
   Sin duda alguna Uslar Pietri intenta convencer que la ganancia del petróleo debería ser el motor de la economía y que esta impulsara con su fuerza todas las áreas de producción nacional. No obstante, hoy la tarea se complica pues ahora no solo es necesario sembrar el petróleo, sino que requerimos sembrar el país de ciudadanos. De tal modo se constituyan en la bisagra que complementa y agiliza el progreso económico que deberá estar en constante equilibrio con lo colectivo, pero, al mismo tiempo, para que construyan la democracia permanentemente.  
   No será fácil formar ciudadanos, pero es necesario pensar en seres humanos preparados para construir, lo que denomino: Las Realizaciones Superiores, aquellos ideales en cuales siempre hemos soñado y que tienen que ver con la paz o la convivencia social, el progreso social común, el estado de derecho, la autonomía nacional. Todo ello será posible si contamos con seres humanos con virtudes, pero que también saben que el conocimiento caduca y que por tanto es necesario desaprender para aprender de nuevo, pero además, siempre bajo los principios de honestidad, respeto, tolerancia, igualdad y participación, entre otros. En definitiva, sembrar el petróleo es formar ciudadanos virtuosos pues sin ellos de qué nos sirve la renta petrolera? 
  La mayor riqueza de un país son los seres humanos, pues pueden planificar un país de éxitos y garantizar una democracia que construye permanentemente, reguardando una mejor sociedad a las próximas descendencias. 

Por todo ello seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible.

Phd. Luis Beltrán Campos Bolívar

Friday, November 9, 2012

Giro educacional del siglo XXI, será posible?

   Inicio esta reflexión con cierta inquietud, que también ocupa a pensadores, académicos e intelectuales, y a otros que no lo manifiestan, pero están preocupados por la educación que se imparte en escuelas, liceos y universidades y que ven como la educación de hoy se desvanece más en la transmisión de conocimientos y en la preparación para el trabajo, que en la formación de seres humanos más sensibles, más espirituales. De ahí surge el siguiente cuestionamiento: cómo será la educación del siglo XXI? Continuará centrada en el logro de la satisfacción personal que produce la ganancia y el acumulamiento de capital? O girará hacia la formacion de un nuevo ser humano?
   Ciertamente, esto último no ha sido el objetivo de la educación en el último siglo pues luego de la Revolución Francesa, cuando la burguesia estableciera sus principios dentro de la sociedad europea post medieval, la Revolución Industrial exigiera un hombre que manejara y controlara las innumerables aplicaciones venidas de la tecnología y finalmente, en la era de la cibernética, cuando muchos docentes e investigadores ocupan el tiempo indagando cómo aprovechar tales tecnologías para lograr mejores resultados, la educacion se ha ocupado de lo material. Si. Es por ello que es indispensable detenerse, pensar,  reflexionar e interpretar lo que el mundo exige, lo que las sociedades necesitan.
   Sé que no es fácil romper el molde y no exageramos, pues muchos comparten inquietudes sobre la necesidad de innovar los sistemas educativos y actualizar los fines educacionales del presente. De allí que planteamos las siguientes interrogantes: será posible, ya no solo transmitir conocimientos, sino, lograr cognición sobre los derechos sociales, económicos, ciudadanos y políticos de los aprendices? Viola esta visión los preceptos educativos? Y cuando decimos que enseñar la democracia es vital, porque es el único sistema político posible que permite luchar y gozar de los derechos humanos? Se agrede la individualidad y el libre albedrío? O por el contrario, ello será la base de la educación del siglo XXI?
De nuestra parte, podemos decir que seguimos soñando con la mejor educación para la mejor Venezuela posible. 

Wednesday, November 7, 2012

El gran salto

   El tiempo, referencia del crecimiento cultural de cada pueblo, es el espacio en el cual se producen aprendizajes en las organizaciones, en las sociedades y en la gente, lo cual finalmente se ratifica con el progreso social. Por ejemplo, cuando advertimos las deficiencias de lo realizado, en el pasado y el presente, entonces asumimos un recorrido que nos puede llevar a comprender si lo que hicimos estuvo bien o mal. Este reconocimiento nos ayuda a evaluar y rectificar para mejorar, lo que se traduce en aprendizaje. Ah, pero ello solo sucede cuando advertimos las fallas y queremos avanzar.
   Muy lamentablemente, ocurre lo contrario, cuando no se reconocen los errores o cuando se reconocen pero no hay intensión de corregir, de mejorar, porque los intereses egoístas lo impiden o simplemente porque somos indiferentes y apáticos ante los errores. Así las cosas, se genera una regresión social con lo cual se establece el caos total como costumbre, que abarca todos los ámbitos del quehacer humano, tal como ocurre en sociedades rezagadas, donde las guerras son pruebas máximas de la barbarie. Visto así, las sociedades avanzadas son aquellas que están en constantes innovación y corrección. Es por esta razón que Venezuela y Latinoamérica son superadas por países de Europa, Estados Unidos, Japón u Australia, entre otros.
   Ahora bien, qué deberíamos hacer para dar el gran salto? Pues bien, no tenemos que vivir todas las experiencias que vivió Europa o Asia para mejorar. Estados Unidos y Australia lo han logrado porque están fundados en principios filosóficos pragmáticos. En cambio nosotros no hemos establecido los principios que nos guíen. Sin embargo, si logramos comprender que la transformación se inicia en nosotros mismos y que a partir de allí los cambios son inminentes, porque queremos y necesitamos vivir mejor, entonces triunfaremos. En otras palabras, vamos a revisar, evaluar y corregir para no repetir los errores del pasado. Así valoraremos que comunismo, dictadura, populismo y manipulación social son nocivos; y en esta tarea la educación es fundamental, ya que deberá iniciar la formación de seres humanos capaces de innovar, pero siempre basados en lo ético y lo cognitivo. Seguimos soñando con la mejor educacion para la mejor Venezuela posible. 

Friday, November 2, 2012

Mi humilde propuesta

   Si la idea es constituir el estado comunal, tal cual lo fue la URSS duranre más de 70 años, entonces los Consejos Educativos van en esa dirección. En otras palabras, están ideados para que miembros del gobierno, en cada comunidad, impongan sus criterios que, a fin de cuenta, lo que persiguen es el adoctrinamiento de infantes, adolescentes, jóvenes y luego, por qué no, adultos. Con esto, buscan formar el ciudadano comunitario. Ese que entrega la vida por la patria, por los grandes ideales, y que solo ve la felicidad obedeciendo las directrices del ejecutivo nacional. En Caribe, aqui muy cerca yace un ejemplo escaloriante. Qué bien les ha ido a los gobernantes de la isla del tabaco y el son guapachoso. 
   Es cierto que no pueden ni podrán existir gobiernos autocráticos sin obedientes. Los necesitan así, que no molesten, que no participen, sino afirmando lo que le ordenen, que no hagan preguntas, los prefieren más pacificados e inertes, que preguntunes. Estos últimos molestan y fastidian y no son  apropiados para aplicar cuanta estrategia impongan. A mi modo de ver, los Consejos Educativos van imponer criterios de lo que debe hacerse en cada escuela. Así que, controlarán los curricula, docentes, directivos, hasta que la comunidad educativa desaparecezca. Pues bien abrá que organizarse. Cómo se hará? No lo sabemos, pero si nos quedamos con los brazos cruzados, estamos perdidos.
   Propongo que se plantee una idea que promuevo: formar ciudadanos virtuosos. Por supuesto, este ciudadano no será formado para obedecer. Serán autónomos, porque poserán cognición ciudadana, por lo cual estarán capacitados para analizar e interpretar de manera autónoma e independiente y tomar decisiones que beneficien al colectivo. Entonces los políticos pícaros no tendrán oportunidades de manipular. Estamos hablando de una característica de ciudadano virtuoso. Tenemos dos ciudadanos: el comunitario y el virtuoso. Uno que favorece la ductibilidad y el atraso, y otro que posee el atributo para participar, en base, no solo a conocimientos, sino a la valoración personal de la libertad, el emprendimiento, los derechos humanos, el estado de bienestar social y derechos y más. Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible