Monday, November 16, 2015

Mateo 6:10

      Seguramente usted cree en el bien y en el mal, y siempre ha sido así. Esto, en parte, a que si existe el mal, también debe existir el bien, pues lógico es, que exista lo contrario a cada una de estas nociones. Así que cree en Dios porque debe existir algo supremo. No obstante que usted cree en Dios a su manera y no tiene el conocimiento de la Palabra, aún así dirá que siempre en Dios ha creido y que fiel a él quiere ser, con lo cual le deja abierta la puerta. Lo que sí es indiscutible, y con lo que estamos casi todos de acuerdo, es que Venezuela nunca, en su historia, estuvo tan controlada por la malignidad; de modo que deseamos, sin ninguna duda, salir de esta pesadilla.
     Ciertamente recurrimos a una triste etapa, signada por la ignominia, es decir, por la humillación, la mentira, la hipocresía, la manipulación, la corrupción, la opresión, la violacion del derecho a la vida, a la salud, a la información y a una educación de calidad, entre otras ejemplos de maldad. En otras palabras, quienes han gobernado se alejaron del bien y se acercaron a la ruindad a la cual urge superar.
     Ahora bien, si estamos de acuerdo, en esta verdad, es posible que todos estemos añorando una etapa dominada por el bien; dicho de otra manera, caracterizada por la benignidad y donde los actores, líderes y organizaciones políticas, principalmente, promuevan a través de desempeños y conductas intachables la exuberante eticidad que modela a todo el conglomerado nacional. Nada fácil de lograr, conociendo la ambición con la cual deslumbran los líderes y gobernantes desde que Venezuela formo parte de las "propiedades" de la antigua corona española y que luego, siendo república, se muestran en la ambición y la codicia alucinante de los políticos de oficio, como si todavía existiesen los mismos colonizadores y esbirros extranjeros del pasado. Vergonzoso.
     Sin embargo, así como hemos tenido una historia plagada de actores políticos hipócritas o representantes de lo ignominioso, así mismo decretamos -en el nombre de Jesus, esto es para creyentes en Jesucristo-, que Venezuela va a tener actores, líderes y partidos políticos sensibles e íntegros, que exaltarán lo justo y modelarán las conductas y valores establecidos en la Palabra de Dios. Así, podríamos desarrollar el lado bueno de la condición humana que está en nosotros. 
    ¿Si antes predominó la maldad, por qué ahora no es posible lo benigno? No es una utopía. En la evolución de las sociedades, la humanidad, y en ella la educación, fundamentalmente, se ocupó de ocultar o limitar el desarrollo de la benignimidad de los seres humanos. Muy lamentablemente ha apuntado al desarrollo de competencias, tanto racionales como técnicas, para el oficio, mayor producción e intercambio comercial, en pocas palabras, para el desarrollo del capital. No es que sea malo el capital, son los resultados del desarrollo del capital lo que no agrada. El capital por sí solo es bueno, pero será necesario minimizarán los letales efectos sociales, ecológicos y humanos que socavan la paz y el bienestar de las grandes mayorías. Ante la cruel certeza de lo insensible que exige el éxito económico y la acumulación, que tanto agrada al hombre de esta civilización, cada día más más inhumana, es riguroso re-pensar Sonre el desequilibrio entre la sensibilidad y el capital. 
     No solo Venezuela, sino el mundo, requieren la transformación de la actual civilización, conocida por la ambición y por la idolatría al dinero, a la belleza y al sexo, transgresiones aupadas por los medios de comunicación y la moda, llegando a ser establecidas como normas. Necesario es, entonces, pasar a la civilización de la sensibilidad; donde predomine la compasión. Ello solo es viable en espacios en los cuales controlemos la animalidad que persiste en el ser humano. 
    En definitiva, el mundo requiere una civilización en la cual los seres humanos desarrollen los perfiles pacificusprudens, sensibilis, civis y el homo sapiens. Por medio de la  formación de ciudadanos virtuosos se desarrollarán habilidades, cualidades o competencias del ser humano y transitaremos hacia el logro de las Realizaciones Superiores, metas de las cuales la educación ha permanecido alejada pues dejo a un lado la tarea de soñar, ver y hacer un  mundo, al menos, parecido, al Reino de los Cielos. 

Venga tu reino a Venezuela. Dios bendiga a Venezuela 

Saturday, November 7, 2015

La Cuarta República no es el modelo


   A Venezuela y al mundo les hace falta el conocimiento de Dios. Dios no se riñe con la ciencia ni el conocimiento. Esa la verdad. Simple

   "Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo". Filipenses 1: 9-10     


    Recientemente, o mejor, desde los primeros días del año 2015, el colapso de Venezuela comenzo a sentirse de modo crudo y cruel en toda la geografía nacional. Lamentablemente, esta realidad se corresponde con el proceso de transición política, iniciado en el año 1998 por medio de elecciones claras y transparentes y, que lastimosamente, ha entrado en la etapa culminante, despiadada. Se dispone, ahora, a asfixiar y a controlar, de una vez y por todas, la manifestación de la otredad o la contradición ideológica o política; propósito vital para la instalación y conservación del totalitarismo o el comunismo, ambos casos, experiencias políticas inhumanas, pues su fin es la perversión o la perversidad, -lo de Venezuela es un hecho único pues los países del hemisferio son observadores directos y, en algunos casos, cómplices lo cual deja tras luz las bajezas del ser humano y del estado político mundial. Vivimos o somos parte de una civilización agonizante 
   En todo proceso de transición política hacia el comunismo las decisiones y las acciones están milimétricamente estudiadas y planificadas. Cuba, por ejemplo, aprendió de su derrota en Chile y aquí, muy tristemente, demostró su avance y su experticia instalando "el mar de la felicidad". Ahora nada desentona, funciona perfectamente, como máquina recien instalada, aunque se ha tardado más tiempo de lo esperado. 
  El comunismo, nacido de las entrañas de los impíos, se aprovecha de la ignorancia y la escasez de cultura democrática. De modo que, esta condición humana representa una debilidad en Latinoamerica y cuidado con ciertos países de Europa. La inmensa manifestación de habitantes, una condición del ser humano en la cual se hace difícil comprender la naturaleza y los propósitos perseguidos por actores políticos "de oficio", tal como se les conoce popularmente, es el sustrado para el engaño, el control y la manipulación. De alli que, solo el tiempo y la propia experiencia personal o colectiva permiten aprender y tomar decisiones al respecto. Así que, aquellas personas que en el pasado no percibían los propósitos del intergalactico, ahora lo sienten, lo sufren, comienzan a comprender y hasta se arrepienten. El asunto es que ya no queda mucho espacio para la maniobra, para la acción. Quisiera equivocarme. 
   Transitar hacia el comunismo representa un hecho despiadado. No hay sentimientos ni muestras de sensibilidad. Por ello es un acto cruel. En detalle, la devaluacion de la moneda nacional, que empobrece de manera feroz a miles de familias de la clase media, constituidas por profesionales, no es un hecho aislado. Nada de eso. Es producto de la premeditación. Se proponen expandir la pobreza y el hambre para el control; igualmente, la insolita inflación, la escasez de productos alimentarios y la mortal carencia de medicamentos para la quimioterapia o la conservación de transplantes son acciones pensadas por la perversidad de mentes inmundas. En otras palabras, al régimen no le preocupa las muertes o las desapariciones. Pero no nos quedemos allí, reflexionemos. Si reconocemos que los niveles de las reservas internacionales están en mínimos históricos, cómo vamos a afrontar la crisis humanitaria que toca las puertas de millones de hogares. Es mas, muchos ya la vivimos. Nos acompaña. Está entre nosotros. Estas son noticias del desastre anunciado: la transición está aquí. El infame mar de la felicidad está aquí. 
  Las penas no concluyen aún. Los transeúntes o la gente en los supermecardos, en taxis, autobuses o en cualquier lugar comenta y se queja del peso de los últimos días; en el desespero afirman: "en la cuarta república era mejor". Ciertamente, las diferencias se agigantan cada día, tanto que aquel período pareciera un oasis. Sin embargo, es justo recordar que ese modelo político prudujo este fatídico presente. De manera que, la cuarta república no es el paradigma político administrativo que urgentemente necesitamos. Es preciso considerar la construcción, entre todos, una nueva hoja de ruta, de un nuevo paradigma de administración y política, equidistante de la que nos trajo a esta penosa realidad.
    No dejemos que la des-esperanza y el des-ánimo nos hunda o lo que es peor, regresemos al modelo político que dió origen a lo que hoy vivimos. Hagámos un llamado a los actores políticos para que dejen a un lado sus pretenciones y trabajen sin egoísmos o protagonismo por una Venezuela mejor. El mejor país.