La educación
de este siglo debe continuar preparando para la producción y la generación de
riquezas, pero debe también formar para la ciudadanía. La ciudadanía virtuosa,
un concepto y una óptica que supone que la trasformación de ser humano sirve
para la evolución de la sociedad. Esto
no es un afán. Es una necesidad que aparece debido a las inmensas debilidades
del propio ser humano, que es de donde surgen todas las crisis que sobre
llevamos inevitablemente, porque nuestra naturaleza es generar errores, y
nuestra obligación es corregirlos, sino nos arriesgamos a quedarnos sin
respuestas, beneficios y avances, que es lo que nos ha animado y movilizado siempre.
A propósito
de la formación ciudadana, vale la pena hacerse preguntas sobre la idoneidad y la
pertinencia de las facultades y escuelas de las distintas universidades, si
queremos formar la ciudadanía virtuosa. ¿Y qué decir de las escuelas y los
colegios privados? ¿Están realmente en condiciones académicas, curriculares,
cognitivas y éticas para formar la ciudadanía que demandamos? Pues a la vista,
y de acuerdo a mi modo de ver, no lo están, ni han estado preparados para formar
ciudadanos, pues Se han enfocado en la transmisión de conceptos y preparación para
la producción, que ha sido deficiente y por tanto sin mucho éxito, por cierto;
lo que ha logrado es la promoción de ciertas carreras universitarias que ahora son “apetecidas” y a las cuales las
masas estudiantiles apuntan porque si generan beneficios, pero no logran formación
ciudadana.
Aunque
preparar para la producción es necesario, pues significa el motor y aporte para
el bienestar económico, lo ciudadano es más profundo y complejo. Si usted ve
las carreras que ofrecen las universidades, todas apuntan a la preparación para
el logro y el éxito económico, pero ninguna se refiere, o al menos incluye, la formación
para la ciudadanía. Es por esta razón que aparecen interrogantes y las dudas
que sirven para esclarecer la naturaleza de esta situación. Veamos, ¿Por qué tenemos
profesionales que actúan de modo insolente, grotesco y hasta insultante, por
ejemplo? Podría profundizar más y generar muchísima objeciones sobre el nivel
de ciudadanía de los venezolanos, pero aquí esa no es la idea. Se trata más
bien de poner en claro que la formación
para la ciudadanía requerida no existe, no solo en Venezuela, sino también en otras
partes del mundo desarrollado. Así que, no es que está en segundo plano, es que
no ha sido tomada en cuenta porque no está en los planes de quienes, por alguna
razón diseñan y planifican los sistemas educativos.
Comprendemos que preparar para la producción y formar para la ciudadanía son los
grandes desafíos de este siglo, pero muchos colegas, intelectuales, políticos,
organizaciones no gubernamentales, medio
de comunicación y la familia no toman en serio ni se imaginan lo significativo
que es la ciudadanía para la evolución de cada país. Es por ello que la política
siempre ocupara nuestro quehacer, porque la política inunda todas las demás esferas
y la educación es parte fundamental de toda acción política. Por esta razón la formación de la ciudadanía es demandada en y
para la democracia, otro pensamiento político solo cree en el ciudadano
comunitario, ese que está preparado para obedecer tal como es requerido en
democracias modernas o comunismos como el de Rusia y Cuba. En cambio, el ciudadano
virtuoso es el ciudadano para la democracia;
por lo tanto, hablar de ciudadanía es referirse a democracia. De allí que
no deberán considerarse ciudadanos quienes no dudan, cuestionan y menos participan
para mejorar lo que acontece alrededor de sí mismo de manera autónoma y sin coacción.
Lo ciudadano
abarca tantos espacios como vivencias que el ser humano conoce y que debe
mejorar como instinto de su esencia. Esta perspectiva solo es posible con
virtudes, porque bien podríamos ser buenos productores pero deficientes
ciudadanos y solo ello determina el destino de un país. Cuando miramos lo que
ha sucedido con los recursos del petróleo y con las reservas petrolíferas de Venezuela,
entonces emergen interrogantes. Son ciudadanos quienes irresponsablemente
administran los recursos económicos. ¿Cuál es su opinión al respecto? Seguramente
que con ciudadanos seriamos mejores en lo económico.
Es
sencillo comprender que la producción de riquezas favorece a que los países sean
prósperos, que la abundancia de recursos económicos permita mantener calidad de
vida, o mejores servicios públicos, como sanidad, educación y todo aquello que sirve
para vivir mejor, pero ello no es suficiente para adelantarnos como debe ser. Es decir, siendo más humanos y menos materialista.
Probablemente el mundo se encuentre en el final de una etapa y en el comienzo de otra, donde
lo económico siga siendo muy importante, pero más interesante para todos los
seres humanos deberá ser alcanzar grados de sensibilidad que nos garanticen Realizaciones
Superiores sin tener que retroceder a etapas ya superadas. Es por ello que la formación
de ciudadanos virtuosos es solo el inicio de un periodo más humano, donde la sumisión,
la manipulación y el populismo estén relegados por las cualidades del propio
ciudadano.
En este
marco, los sistemas educativos que se han
enfocado por más de doscientos cincuenta años a potenciar la producción y lo económico,
en algunas sociedades con grandes éxitos y otras no tanto, deberán realizar grandiosos
cambios donde la preparación de los docentes, profesores universitarios,
directivos, gremialistas, rectores y todas las personas a fin con la comunidad
educativa sostengan la factibilidad ciudadana del siglo XXI.
Seguimos
soñando con la mejor educación para el mejor país posible.
"We are dreaming about the best education for the best country, we want"
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