Monday, March 3, 2014

Venezuela. ¿Cuna de la transformación humana?

   Estos días participamos en una manifestación popular. Quienes la integraban en su mayoría eran jóvenes exaltantes, rebeldes y con la energía que los veinte años proporciona en esta inolvidable etapa de nuestras vidas, pues a la vista de todos, parecía que se restituía en un sin fin de gritos, consignas y saltos incansables. Les acompañamos, entre otras razones, porque el futuro les pertenece, a ellos les duele más que a nosotros, los denominados adultos contemporáneos, pero en esencia estábamos allí porque la democracia es el mejor sistema político para vivir. El comunismo o totalitarismo es el peor de los sistemas políticos e ideológicos para la vida de los seres humanos. Que le pregunten a los rusos, a los habitantes de la otrora Alemania del Este o a los cubanos que viven en un agónico estado de precariedades de las cuales no pueden zafarse porque el estado todo poderoso lo impide.
   De lo observado a través de mi pupila se incorpora el análisis de lo escuchado en las discusiones que entre los jóvenes se generaban. Primero, son jóvenes sin ninguna afiliación política. Por su puesto que son políticos, porque por naturaleza todos los seres humanos somos políticos, pero no son actores políticos. No pertenecen a partido político alguno, de allí que suponemos que en este momento no están envenenados con intereses particulares. Sólo desean que el régimen concluya, que Maduró renuncie y Venezuela les ofrezca la oportunidad de vivir en libertad y con la calidad de vida que este país puede ofrecerles. Si la audición no me traiciona y mi interpretación hermenéutica es acertada, puedo asegurar que están en contra de los partidos políticos. Suponemos que esta decisión viene dada por la decepción que éstos han generado continuamente, tanto en el ejercicio de sus desempeños administrativos, como en la lucha contra el régimen Castro comunista. En lo particular, vemos este momento como un periodo de transformación humana que alcanzará también a los partidos políticos, lo cual es inevitable.
  En síntesis, la juventud y los estudiantes universitarios son los protagonista de esta transformación, que bien podríamos calificar como juvenil y humana. Así que, con certeza auguramos que sea factible dejar de ser un país habitantes y ser un país de ciudadanos, porque lo que hoy vivimos no es más que una confrontación entre la barbarie que quiere imponer el régimen y lo civilizado que viene de esta juventud indomable y luchadora. Dios bendiga el ímpetu de la juventud venezolana.

El que se cansa pierde.
Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible.


Dr. Luis Beltrán Campos Bolívar 
Andragogo

Thursday, February 27, 2014

Totalitarismo, fascismo, ciudadanía y educación

   La crisis que vive Venezuela nos ha ocupado estos días. Sin embargo, es como un inmenso laboratorio del cual escogemos, dentro de un océano de opiniones y noticias, aquellas situaciones que nos llaman la atención porque irremediablemente están relacionadas con la ausencia de ciudadanos que hagan posible la democracia, y más allá, la protejan y consoliden.
   Durante 15 años el régimen se ha fortalecido por medio de la manipulación, pero es justo reconocer que ésta, a su vez, viene dada por la ignorancia o la ausencia de cognición ciudadana. Pero ¿qué es la ignorancia o la ausencia de cognición ciudadana? Veamos, con el objeto de ser concreto, cuando nos referimos a estos términos, estamos considerando a aquellas personas que carecen de conocimientos, saberes y praxis que hacen imposible la facticidad de la democracia. En el caso que nos ocupa, admitimos que la ausencia de esta dimensión obstaculiza lograr la ciudadanía que demandan las sociedades democráticas del siglo XXI. 
   Podríamos asegurar que esta condición del ser humano queda evidenciada en la ausencia de cualidades, aprestos y competencias que permiten la manipulación y control. De ahí viene, la conocida expresión "la ignorancia es el opio de los políticos", pícaros por supuesto. Visto así, acordamos que, en la medida en tengamos ignorantes o ausencia de cognición ciudadana, en esa misma proporción habrán oprimidos y manipulados; de ahí vienen las peores aberraciones contra la humanidad.
   En las últimas semanas en Venezuela se han registrado innumerables acusaciones dirigidas a la oposición. En estas se señalan a los jóvenes estudiantes como fascistas, apátridas y violentos. Una batería de improperios que van dirigidos hacia los sectores de menos logros académicos, o simplemente sectores compuestos por habitantes -advertimos que la ausencia de cognición ciudadana no se distingue por la idiosincrasia de las personas. Explicamos, esta realidad no mantiene correlación con el origen académico, científico, social, económico, religioso y étnico de las personas.
  Cuando una sociedad logra la cognición ciudadana está en condiciones de discernir o elevar procesos intelectuales que descubren verdades y también falsedades, que finalmente le protegen del control y la sumisión que los regímenes totalitario proponen. Pero, dado que el grado de ausencia de ciudadanía que soporta Venezuela es alarmante, los oprimidos creen que la oposición práctica el fascismo, y por tanto, son personas despreciables que es necesario suprimir, ya que no permiten el ejercicio democrático limpio y participativo como corresponde.
   En síntesis, como los políticos no enseñan el valor y significado de la democracia, el mundo democrático debe estar dispuesto a formar ciudadanos. Entonces, los sistemas educativos deberán encargarse de formar seré humanos que no permitan manipulaciones, que valoran el significado de la democracia, saben qué es el fascismo y están capacitados para evaluar, vigilar y controlar el ejercicio democrático, en otras palabra, pueden fortalecer y construir la democracia constantemente. En esta tarea todos estamos comprometidos.

Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible.

Dr. Luis Beltrán Campos Bolívar 
Andragogo

Wednesday, January 22, 2014

Venezuela. De la democracia ficticia al comunismo

    Venezuela vive un hecho insólito que ningún país sobre la faz de la tierra ha experimentado: el desmontaje de la democracia representativa y la imposición del comunismo de manera pacífica, bajo el esquema de "democrática participativa" y bajo la mirada de todos los países. Una situación que pone en jaque a todas las organizaciones de carácter internacional, que protegen y promocionan la libertad, la convivencia y la democracia. La ONU, Mercosur, la OEA y otras instituciones están en el ojo del huracán.
   En Venezuela se ha controlado, paso a paso, los derechos civiles, políticos, económicos y jurídicos; también se ha implantado un régimen de inseguridad ciudadana que aniquila el derecho a circular libremente. La destrucción del país se siente cerca, la palpamos, la sentimos en silencio y en medio de una apatía singular. El país se debate entre lo moderno, que es el comunismo y lo postmoderno, que es la democracia en manos de ciudadanos. Venezuela lucha sin estridencias, sin pausas y con muchas esperanzas. No se rendirá jamás.
   Imponer el "Socialismo del Siglo XXI" y desaparecer la débil cultura democrática, que todavía yace en la médula ósea de sus habitantes, no será tarea fácil. Por la mente de los más necesitados no aceptará que deben acostumbrarse a hacer colas el resto de sus días. Eso no lo aceptarán. Y aunque la gente, inocente o ignorante, crea que el régimen no tiene malas intenciones, que la culpa recae en la oligarquía parasitaria y en la burguesía apátrida, quienes viven a expensas de los más pobres, en este momento se oyen los gritos de inconformidad y el malestar aumenta en las propias bases adormecidas.
   Poco sirve relatar lo que sucede en Venezuela en estas limitadas líneas. Para  quienes vivimos en Venezuela son tantos los detalles e injusticias, que juntas harían estallar una crisis de gobernabilidad en cualquier país del vecindario latinoamericano. Es que vienen desmontando una democracia frágil y demagoga, pero democracia al fin, con astucia, intimidación y con el creciente favor de sus habitantes, que cuesta creer. Suena irracional decirlo, pero hemos llegado al punto de parecer una sociedad de ineptos o cómplices ante el avance de esta barbarie en pleno siglo XXI. Una cruda realidad que nos entristece enormemente, pero que dejará un legado claro: lo inviable que es comunismo. 
   Ciertamente, Venezuela es un país de muchos habitantes y pocos ciudadanos. Muchas carencias competitivas y cualitativas hacen estragos por estos días. Lo inquietante es que, muchos se van acostumbrando a hacer colas para adquirir alimentos y están muy lejos de percibir que todo esto está planificado. No descubren que no hay guerra económica, que todo está estructurado, que nos llevan directo al racionamiento alimentario y que lo estamos aceptamos sin retorcernos, sin miramientos.
   Los líderes y la Mesa de la Unidad no tienen presencia. Probablemente perdieron su gran oportunidad. No tienen respuestas suaves ni contundentes. Se esfumaron en el ajetreo. Pero en este marasmo, la frustración y el malestar crecen. No hay nada que calme a las madres y padres que a diario empiezan a respirar profundamente como manera de aliviar tanta decidía gubernamental y la apatía de los líderes políticos. Lo que el futuro nos depare será asunto de nosotros, de lo que hagamos. No somos un país de sumisos, somos un país libertario que espera la oportunidad, espera el momento.

Soñamos con la mejor educación, para el mejor país posible.


Luis Beltrán Campos Bolívar 

Sunday, December 29, 2013

La unidad es construcción permanente

   Para todos los que hacen de la política una actividad lucrativa, cada día menos interesante y hasta desagradable, va dirigido este llamado. A ese grupo de diversas personas con distintas ópticas y modos de ver la lucha política, y que dentro del perfil democrático hacen esfuerzos y enfrentan a un régimen con ideales comunistas y totalitarios, les decimos que las cosas no están saliendo bien. Pero lo que más preocupa es que no están respondiendo de la manera adecuada; sobre todo no aceptan las críticas, cuando la crítica es la base de la democracia pues sin ella no hay crecimiento. Así qué debería suceder un cambio, una innovación en la cual las mayorías sientan que tienen un camino que les asegura participar en la construcción de mejores oportunidades.
    La unidad no debe ser un simple slogan. La unidad debe practicar principios democráticos como respeto, tolerancia, inclusión, pluralidad y participación. La gente en las paradas de autobuses, en las panaderías y supermercados comentan "a grandes rasgos" que la unidad no es tal, que hay intereses procurando prevalecer e imponerse sobre adversarios, que en la unidad hay luchas que no se pueden ocultar y que sienten fracturas por más que intenten ocultarlas. Se ve desde muy lejos, que pareciera no importar mucho a quienes integran la Mesa de la Unidad, lo que esta sucediendo afuera, en las bases. En esencia, la unidad debería mostrar amplitud, ya que de esta manera se generaría mayor participación y propuestas de solución más audaces y eficientes. Esto es, la verdad esta en la suma de voluntades, criterios y participación, no en poder de una persona o de un grupo político determinado. 
   Cuando distintas ópticas se ponen de acuerdo es viable lograr consensos sobre un fin común: transformar a Venezuela en un país de grandes logros. Un país del primer mundo. Ese debería ser el fin supremo. Pero cuando se intenta imponer un criterio, las posibilidades de éxito se anulan por inercia. Entonces, no es aconsejable imponer ideas, pues estas suelen ser superadas continuamente. Necesario es dialogar, dejar a un lado los intereses pues Venezuela como país vale más que todos los partidos y actores políticos juntos. No es una ofensa, es simplemente la realidad.
   Entonces, mi llamado apunta a que dejen a un lado las ofensas, el miedo a abrir las compuertas del claustro a distintos factores de la sociedad es imperioso. Muestren amplitud permitiendo a los gremios, las organizaciones no gubernamentales, las universidades, los empresarios, los sindicatos y las asociaciones a presentar proyectos y planes. Déjenlo  participar con su representantes. Si abren espacios, habría una amplia gama de propuestas válidas. Recuerden que esta lucha es asimétrica. No tenemos el poder político, militar, económico o judicial que el régimen dispensa, pero tenemos verdades inocultables que están a la vista. Vamos a utilizarlas con audacia. Conformarse con lo hecho es anunciar la derrota. Es necesario promover la cultura de la construcción permanente, que es revisar, evaluar, corregir e innovar. Venezuela tiene grandes posibilidades de triunfar. Vamos a empujar todos en la misma dirección. Vamos a vencer el presente para triunfar en el futuro
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Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible

Dr. Luis Beltrán Campos 
Andragogo

Monday, December 16, 2013

Ausencia de ciudadanía, sinónimo de engaño

   Por lo general, los políticos desacreditan a quienes los critican con toda razón. Claro, en el fondo le tienen recelo y miedo pues saben que ello es cierto en la mayoría de los casos. Por esta razón suelo ver la política o "el hacer político" como un acto decadente y débil por la escasez de práctica de valores éticos de los propios actores políticos. No obstante, lo que más preocupa de este "hacer político" es la tácita manía o costumbre de engañar y manipular. Los políticos no conciben hacer política sin manipular. Esto se ha convertido en una especie de regla básica para subsistir. De manera que, quien no lo haga está condenado a desaparecer del ruedo político. Ciertamente es una pena y una vergüenza que la manipulación sea la base del hacer político del siglo XXI.
   Por otro lado, es triste que a esta altura del desarrollo humano, todavía nos encontremos con personas que permiten el engaño y luego, por inercia, la manipulación, que son dos efectos enlazados uno al otro. En otras palabras, uno facilita al otro. Pero no todo se queda ahí. Lo más desagradable es que es fácil engañar a la gente iletrada o a las que carecen de ciudadanía, porque usted puede disponer de grados de intelectualidad, condición social o económica de reconocido prestigio y pertenecer a una creencia teológica bien definida y también carecer de ciudadanía. Esto se explica en que la mayoría de las personas no saben lo que es comunismo, pero tampoco saben lo que es la democracia, por tanto, no la valoran, la protegen, la cuidan y la construyen. Como resultado la descuidan hasta el grado de permitir que la agredan y destruyan, como ocurre en Venezuela. Pero lo peor aún, es que no advierten que han sido engañados, y lo que es más triste, que será muy difícil convencerlos de que fueron engañados o manipulados. Ahí el desafío de las nuevas generaciones de actores y líderes políticos y más allá.
   Todo esto ocurre porque la cultura democrática no es tan fuerte como para evitar tales situaciones. Entonces, es de esta realidad de donde surgen cuestionamientos valiosos como, por ejemplo, qué papel juega la educación y los sistemas educativos en la constitución de una ciudadanía que conozca, valore y cuide la democracia. Pues bien, cuando los sistemas educativos lo comprendan, entonces los líderes y actores políticos mediocres lo pensarán muy bien a la hora de ofrecer y gestionar las tareas a las cuales fueron asignados, porque son servidores públicos. No es que sirven de lo público.

Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible.
Dios bendiga a Venezuela 

Dr. Luis Beltrán Campos Bolívar 

Saturday, December 7, 2013

Mandela y su ejemplo

   Se ha ido un gigante. El modelo a seguir por políticos, líderes y seres humanos en un mundo cada día más complejo. Sus logros forman parte de la historia de las luchas entre justicia e injusticia, entre libertad y opresión. Todos lo reconocen como un ser muy especial, pero sobre todo, porque su decisión de permanecer en su afán de lucha hasta lograr la convivencia y finalmente eliminar el apartheid en Sudáfrica, lo distinguen entre todos los líderes de su generación, lo cual representa para los políticos del mundo, y en especial para los venezolanos, un ejemplo a seguir con esfuerzos y probablemente muchos sacrificios, cosa de la cual no estamos muy acostumbrados, pero que nos ayudaría a madurar como sociedad pujante que somos.
   En este sentido, vale la pena preguntarse si aparecerá un líder que una a Venezuela como lo hizo Nelson Mandela en Sudáfrica? Aunque esto pareciera ser muy difícil, por ahora. Al decir verdad, la única Venezuela posible es aquella donde las dos opciones en discordias se unan. Por su puesto, ello no será una tarea fácil, porque cada segmento ideológico tiene sus propósitos bien definidos, pero estamos obligados a trabajar juntos. En consecuencia, es posible lograr unos tantos consensos y hasta podríamos establecer como objetivo común e ineludibles Las Realizaciones Superiores, que son grandes metas que los seres humanos nos hemos propuesto, pero que se hacen difícil de alcanzar por nuestro propios errores y debilidades.
   Aunque toda transformación requiere esfuerzos y seguramente traumas, la recompensa siempre será mayor, grandiosa. Por un lado, sería necesario la reinstitucionalización de los partidos políticos. Estarían obligados a erigirse a la luz de la ética y la cultura ciudadana, lo cual, por sí solo, implica reconocer los errores, seguidamente deberíamos promover el ingreso de jóvenes actores comprometidos con la fragilidad de la democracia, que se debe construir y fortalecer día tras día. Estamos hablando de una nueva sociedad política. Entonces podremos decir, con toda seguridad, que un triunfo no es un evento fortuito, ni mucho menos una casualidad. Es y será siempre una labor paciente, tenaz y decida por superar todos los obstáculos hasta lograr el triunfo con la ayuda de la providencia que viene no sólo de virtudes personales, sino de Dios.

Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible.
Dios bendice a Venezuela 

Sunday, December 1, 2013

La lucha contra la ignorancia, tarea incumplida?

   Podríamos decir, como críticos, pero más aún como seres humanos ocupados en las turbulencias que originan el déficit de ciudadanía y que esperamos que el país donde vivimos sea mejor, es decir,  logre transformarse en un sociedad de progreso y la democracia sea un hecho palpable que se construye continuamente, porque el estado de derecho es parte de la cultura ciudadana, que la ignorancia es una condición de los seres humanos que impide el avance personal, colectivo y nacional.
   La ignorancia es la carencia o escasez de conocimientos y saberes sobre aspectos trascendentales para el bienestar de una nación. Ignorancia es creerle todo a los políticos, es agredir la naturaleza, es permitir servicios públicos de bajá calidad, es permitir que violen tus derechos permanentemente, es dejar que un país extranjero controle tus decisiones y acciones, es alimentarte del modo más perjudicial, es dejarte controlar por políticos pícaros, es ser descortés, es creer que siempre tienes la razón y los demás no, es promover la guerra y discordia entre la familia y la sociedad, es ser apático e indolente ante el caos, es la práctica de la exclusión, intolerancia e injusticia, es desconocer la fragilidad de la democracia  y el desafío que ella representa. La ignorancia es el regocijo de los políticos, y al respecto, lamentablemente, no podemos advertir diferencias en los de izquierda o derecha.
   Mientras las sociedades avanzadas controlan o minimizan la ignorancia con la mayor suma de información y educación, los países atrasados la promocionan. Prefieren habitantes y vecinos para lograr sus cometidos. En consecuencia, la ignorancia constituye parte cultural de la cual se hace muy difícil desprenderse, porque está instalada en la psiquis de las personas, en la familia que acepta la pobreza como forma de vida, en los políticos que promocionan como medio para perpetuarse en el poder y, por último, en los medios de comunicación que no favorecen con la información adecuada que incentive la lucha contra este estilo de vida. En definitiva, después de todo, podemos sostener que con habitantes solo es posible la oscuridad, en cambio, con ciudadanos es viable la luz que ilumine el horizonte y el logro de Realizaciones Superiores.

Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible.