Saturday, July 6, 2013

Universidad, la joya de la corona?

   La universidad venezolana, como también del mundo entero, ha sido el centro por excelencia para la creación de conocimientos, teorías e invenciones científicas y tecnológicas. A través de procesos rigurosamente sistematizados ha logrado avanzar vertiginosamente durantes los últimos cien años. Pero no ha sido fácil. Durante siglos ha luchado para safarse de fantasmas que limitaron su expansión. Asi que, ya entrado el siglo XXI se podría afirmar que ninguna universidad del mundo occidental funcionaría sin una eficaz autonomía. 
   Sin embargo, la universidad, y mejor dicho, la educación ha sido utilizada con gran habilidad por regímenes comunistas para logar su gran objetivo: formar hombres y mujeres que sostengan la ideología marxista. Es decir, los comunitarios que obedecen ordenes en función de pocos beneficiados o partido único, como en la extinta URSS, Cuba o Corea del Norte. Una situación que no sucede con la democracia, por ejemplo, donde, por costumbre o escasez de astucia, los políticos no han aplicado estrategias educacionales que tiendan a formar ciudadanos que, no solo sostengan la democracia, sino que la construyan día a día. He allí la gran falla de la democracia.
   Por esta razón, la universidad representa la joya de la corona para regímenes modernos. Advertimos nuevamente, moderno no es actualizado, ni mucho menos vigente.  Lo moderno concierne al pensamiento de la modernidad, que se conoce como unívoco, vertical e incuestionable y que estuvo vigente desde el siglo XV hasta el siglo XIX en países avanzados, primeramente. De manera que lo moderno no significa lo que usted podría suponer normalmente. No. Representa, mas bien, un arcaísmo filosófico, donde sus principios no concuerdan con las demandas que el mundo actual genera. Es por ello que el marxismo, comunismo, absolutismo, totalitarismo o autocracia pertenecen al modernismo. Igualmente es bueno aclarar que lo postmoderno no promueve el relajo o decadencia humana que hoy nos afecta y nos cuestiona profundamente, al contrario, exige el apego a lo ético, a lo sensible y lo humano, guardando grados de intensa coherencia con la naturaleza de las cosas, de los seres humanos.
   Ahora bien, si la universidad venezolana llegase a perder su autonomía, sería una especie de hecatombe que acabaría con la independencia de criterios de los profesionales universitarios, que ya solo se dedicarían a apoyar un régimen que no concede el libre albedrío que tanto esfuerzo ha costado. Sin embargo, tememos que será arduo lograr este objetivo, porque la universidad es altiva y contestataria. No es sumisa, ni forma sumisos, aunque no haya formado para la democracia como lo requieren estos tiempos.
   La democracia necesita una universidad que forme para la democracia, que es el unico contexto político que garantiza la libertad de pensamiento y actuación en función del bienestar colectivo. Y ya, de una vez hay que decirlo: en el futuro el mundo se movera dentro de la dinámica democrática. Allí será donde el hacer político se esparcirá, entonces el comunismo o totalitarismo será historia, pero nunca presente de la humanidad. 

Seguimos soñando con la mejor educación, para el mejor país posible.

Tuesday, June 18, 2013

De lo terrenal a lo espiritual

   Diferentes civilizaciones han transcurrido y el ser humano poco ha avanzado en lo espiritual, como tampoco en la formación ciudadana, que es la base de éste fin educacional del siglo XXI. Todavía exhibimos rasgos intrínsecos que evidencian insolencia, rudeza, agresividad, intolerancia, exclusión, manipulación, apatía e indiferencia y, lo más preocupante, vivimos como si la tierra fuese infinita, que nunca sus recursos se agotarían, pues la consumimos y la devastamos sin preocupaciones y remordimientos, sin pensar que las nuevas generaciones seguramente tendrán que enmendar nuestros errores con grandes sacrificios. Se nota lo egoístas que hemos sido.
   Asombra como, a la luz del esfuerzo realizado por la UNESCO a través del Informe "La Educacion Encierra un Tesoro" de la Comisión Internacional sobre la Educación del Siglo XXI, presidida por Jack Delors, se han desprendido una serie de propuestas atractivas, que contrastan con la realidad exhibida, revelando escasos éxitos. 
   Los resultados no son halagadores. América Latina, por ejemplo, revela grados de atraso en la praxis de lo que los cuatro pilares de la educación plantean. Muy lejos estamos de alcanzar el respeto, ante las divergencias sociales, económicas y políticas, protección  de la naturaleza, vivir en paz, hacer valer los derechos conquistados y participar y construir la democracia. Hoy tristemente observamos un mundo más agresivo, intolerante, que promociona la belleza en vez de la bondad o la solidaridad, confunde los derechos con la decadencia humana y permite el retorno del comunismo como ideología, cuando la historia se canso de demostrar su anacronismo. Este panorama supone una reflexión obligada de cara a la segunda década del siglo XXI y el reacomodo ético que requiere la sociedad mundial.
   Lamentablemente, las ideas van por una autopista y las tareas transformadoras van por caminos angostos y espinosos. Claro, los responsables siempre se excusan con argumentos "incuestionables", pero ello no los salva de las responsabilidades. 
   El mundo requiere dirigentes avanzados, ya transformados con ideales firmes y decididos, que sientan que avanzan porque lo comprueban diarimente, que saben que van a generar transformaciones indiscutibles que benefician a las nuevas generaciones. 
   La política como episcentro de todas esferas de la vida, no puede estar alejada de la realidad educativa. Es parte esencial todo planteamiento educativo; por ello no solo soñamos, creemos en la mejor educación, para el mejor País posible.

Dios salve a Venezuela y América 

Thursday, June 13, 2013

Declaración de Principios Refundacionales

   Una Declaración de Principio Refundacionales es lo que necesita el país, porque seguramente este intento de transición política signifique la culminación del enfrentamiento por el predominio entre dos ideologías opuestas diametralmente entre si. Por un lado, el comunismo sustentando en la verticalidad del poder y la sumisión de los seres humanos como modo de asumir la vida y el hacer político; mientras, en contraparte, la democracia que debe aproximarse a la horizontalidad de las responsabilidades como estrategia para hacer el ejercicio democrático palpable y eficiente. 
   Hoy en Europa, nadie discute si es necesario repetir o imitar el modelo político aplicado en la desaparecida Unión de Republicas Socialistas Soviética. Aunque es posible que hayan fanáticos  abogando por algún partido u organización de tendencia comunista, nadie quiere perder los derechos civiles, economicos y sociales alcanzados, muy por el contrario, desean consolidarlos y ampliarlos.
    Sin embargo, como es suficientemente conocido, la democracia es débil. Por esta razón, correrá siempre el riesgo de facilitar procesos contrarios. Esta realidad supone, para las sociedades democráticas, el entusiasta desafío del diseño de una Declaración de Principios Refundacionales para el ejercicio de la democracia del siglo XXI. Sin temor a ningun tipo de dudas, el ejercicio de la democracia demanda sostenerse sobre sólidas bases éticas, que rijan y regulen el desempeño de la gestión pública y la actuación ciudadana, que lo que en definitiva consolidad y construye a la democracia permanentemente.
   Las sociedades merecen deslastrar la deshonra y la ruindad como señales  particulares de  la  praxis política desgastada. De ahí que, quienes decidan formar parte del hacer político deberán guiarse hacia el logro del honor, lo cual solo es posible mediante la condición ciudadana. Ese será el eje central de la acción política, económica, jurídica, social y educativa del país y, por tanto, la suma de todas las cualidades exigidas por el país democráticamente constituido. En definitiva la ciudadanía es la base de la Declaración de Principios Refundacionales de Venezuela. Vivimos dias de avances en la construcción de la democracia y la evolución de la ciudadanía en Venezuela y el mundo. 

Seguimos soñando y trabajando para lograr la mejor educación, para el mejor país posible.

Friday, June 7, 2013

La ruindad humana no es la vía

  Ruindad, esa desagradable condición que mostramos los seres humanos en determinadas ocasiones y de la que a veces o frecuentement nos aprovechamos para lograr metas crueles y siniestras, es el origen del mal de nuestros sufrimientos. La riundad es lo que tiene a Venezuela sumida en un letargo, en una de esas etapas lóbregas en la cual las bajezas determinan el rumbo por el que se desmorona una sociedad y sus líderes se degradan tanto que se merecen el rechazo y la repulsión colectiva sin ningún tipo de miramientos.
  La ruindad es parte de los seres humanos, de su naturaleza, solo que muy pocos, pero muy poderosos, son incapaces de controlarla y superarla, produciendo gravísimos desatinos que turban al común. Cuando una persona permite que la ruindad le controle, porque cree que esa es la vía para lograr planes y metas se convierte en una especie de animal, que solo piensa y actúa bajos instintos ignominiosos hasta lograr metas sin detenerse por consecuencias ajenas. Surgen así los más bajos instintos que en ciertas ocasiones crean la duda de quién es peor, los animales salvajes que viven a expensas de otros o los políticos, militares u organizaciones políticas (por ejemplo) que no tienen límites cuando de ambiciones nos referimos.
  Cuando la ruindad se apropia de una persona, en este caso sea político, empresario, docente, obrero, médico, militar o gente común, esta persona deja de pensar, decidir y actuar en función del colectivo y se convierte en esclavo de lo inmoral, pues sus ambiciones así lo exigen; lo que nos lleva a especular que ninguna sociedad podría avanzar si la ruindad no es controlada, y en su efecto, pasa a ser parte de la cotidianidad. Pero, la ruindad, por sus efectos perversos sobre los pueblos, moviliza y potencias transformaciones humanas que van desde la honradez hasta la esplendidez. Estamos refiriéndonos entonces a seres humanos con virtudes, pues sin virtudes un ser humano no podría nunca construir un mundo mejor.


Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible.  

Tuesday, June 4, 2013

Democracia, comunismo y educación

   La denominada revolución pacifica, pero armada para cualquier aventura de la oposición, como tantas veces cacareo el difunto, no es mas que comunismo rancio y puro. Siempre fue claro: quería llevarnos al "mar de la felicidad". No obstante, gracias a la terquedad, y a cierta cultura democrática que se observa entre sus habitantes, Venezuela ha enfrentado cívicamente el mostruo que representa el régimen pro cubano. Tanto ha sido el afán por implantar el comunismo que están destruyendo el país y prueba de ello es que Venezuela es hoy el paradigma de cómo destruir un país para imponer el socialismo del siglo XXI. Perdón el comunismo. 
   Sabemos que dejarán todo en caos, pero nuestro ánimo y amor por esta tierra de gracia nos infundirán valor para superar las adversidades y triunfar. Porque los venezolanos somos tan grandes como los retos nos exijan vamos a vencer lo ignominioso y la animalidad manifestada y que no debe permanecer y luego, en la Venezuela nueva, construiremos la democracia del siglo XXI. Una democracia de ciudadanos, no de habitantes. 
   Si el pasado genero éste presente caótico, el presente nos conducirá a un futuro esplendoroso. Impulsaremos la democracia a niveles superlativos, tanto que Venezuela será el paradigma de cómo hacer política, de cómo hacer democracia y la praxis ética, la que soportara las estructuras de las instituciones, hará que estas sean fuertes e independientes en el cumplimiento de cada una de sus  responsabilidades.
   Y así, como la educación está relacionada con la política, la democracia se encargará de formar ciudadanos democráticos. Con ello, la democracia superará la gran disyuntiva: no forma para la democracia. Deja a la gente en un mar de incógnitas. No aclara que el comunismo adolesce de ética porque ello es necesario para oprimir, mientras que la democracia depende de praxis ética para construirse permanentemente. Es por esta razón que la democracia está es frágil, débil y es una pena que las sociedades democraticas no vislumbren que la ausencia de ciudadanía es letal para su fortaleza, porque además, ello abre espacios a personas con intenciones nada democráticas.
   Ahora bien, qué deberá enseñar la educación en la democracia? Pues la verdad, que el comunismo es antietico y por tanto inhumano, mientras que la democracia, que es el mejor sistema político, es difícil ya que exige prácticas éticas. Lo difícil de la democracia, y de la vida también, es poner en práctica valores y príncipios, dicho de otra mantra, luchar contra las debilidades del propio ser humano.

Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor País posible.

Saturday, June 1, 2013

Vecinos, habitantes y ciudadanos


Venezuela vive un escenario único en su historia política, social, económica y humana. Esto último porque todo recae en el ser humano, porque es necesario comprender que el origen de todas las crisis está en el ser humano, como se ha mencionado en reiteradas oportunidades. Así que, sin temor a equivocaciones, este acontecimiento que marcara el fin de una sociedad y el principio de otra y que se parece a otros eventos de la región, como el de Chile y Perú, o El Salvador y Nicaragua, por ejemplo, ya que todos presentan el enfrentamiento entre el atraso que significa el comunismo y la democracia que, de ahora en adelante, está obligada a construirse permanentemente, pues debe demostrar que es el sistema político que satisface los complejos y exigentes derechos ciudadanos de sus pueblos y su gente, no es más que un colosal paso en el camino hacia la constitución de seres humanos más humanos.
   Lo que denominamos como Chavismo ha sido un periodo que ha favorecido el esclarecimiento de grandes enigmas que revelan el paso de lo moderno hacia lo postmoderno en una sociedad con intensos rasgos modernos en todas sus esferas. Primero porque se ha intento transitar desde lo democrático hasta lo comunista o autoritario, lo cual ha dejado al descubierto una estela de revelaciones que dejan a líderes, actores y organizaciones políticas, instituciones públicas, sistemas educativos, empresas privadas, organizaciones civiles o gubernamentales y claro, al propio habitante sin la menor correspondencia con la visión de las sociedades del siglo XXI. Ello nos indica que no tienen respuestas a las demandas éticas y competitivas del presente, pero ello no es únicamente un asunto de Venezuela; existen otras instituciones de carácter internacional como la OEA y UNASUR, por mencionar las más cercanas, que ni siquiera defienden los derechos civiles y políticos, y por tanto son inviables. Es más, parecen de épocas ya superadas. En verdad esta es una penosa y vergonzosa realidad.   
   Como se ha señalado, el asunto está relacionado con los seres humanos y, por tanto, es allí donde radica el centro del problema. Ahí está, lo que hace a éste evento distinto de otros otros. En otras palabras, la ausencia de ciudadanía ha favorecido a este transitar, hacia lo inaceptable y lo inhumano. Ello nos indica que este acontecimiento va ser histórico y trascendente, tanto que impactará en la evolución de la democracia y la ciudadanía, no solo en la región, sino en el mundo, porque este dúo es inseparable e indispensable para el éxito de las sociedades democráticas.
   En esencia, este ha sido un intento de transitar desde la democracia representativa hacia el comunismo como forma de vida lo cual es totalmente irracional e ilógico y ha elevado la diatriba política a niveles inaceptables e inauditos, con situaciones inesperadas que exponen la ausencia de condiciones cívicas, no explicadas en detalle por ahora. Sin duda, disimiles escenas y escenarios han permitido exponer las escasas condiciones ciudadanas de la población venezolana y, es a partir, de esta realidad, cuando se revela que sin ciudadanía no es posible la democracia. Es decir, no es viable cuidarla, protegerla y construirla permanentemente; una situación que ocurre en todos los países de nuestra región y probablemente en otros países del mundo, lo cual nos hace inferir que esta situación podría repetirse en otras naciones. Pudiera ser detonante de eventos como el de Venezuela.
   Venezuela, como toda América Latina, es una nación atrasada, mayormente debido a que sus habitantes no han traspasado el umbral de la vecindad cognitiva, en otras palabras, son personas que habitan ciudades sin introducirse en mundo de las cualidades, atributos y competencias que caracterizan al ciudadano. Son habitantes, no son  ciudadanos. Ello se explica en la escasez de condiciones para valorar y hacer valer importantes conceptos como libertad, pluralidad, tolerancia, derechos humanos, básicos y ciudadanos. Esta deficiencia es la que facilita la manipulación y el control, generando espacios al comunismo, que como idea política solo tiene posibilidades en las debilidades de la democracia, que no estará fortalecida sin la manifestación ferviente de ciudadanos. Así que, la democracia no podría jamás mantenerse con vecinos.
   Ante esta realidad, los países tienen un desafío descomunal: transformar los sistemas educativos para que estos, a su vez, transformen a los vecinos y habitantes en ciudadanos. El primer obstáculo es que quienes se hacen llamar políticos demócratas no ven más allá de sus narices. La democracia demanda de políticos ciudadanos y eso por ahora no parece fácil.

Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible.

Phd. Luis Beltrán Campos Bolívar

Thursday, May 16, 2013

La gran debilidad de la democracia

   Si observamos con curiosidad, lo que ha sucedido en Venezuela durante los últimos 14 años, aceptaríamos que se ha gestionado imponer, por medio de la “legitimidad”, dicho de otro modo, utilizando todos los mecanismos institucionales que avalan o sustentan al estado de derecho, un sistema político autoritario o comunista, donde como todos sabemos por experiencia ajena, y ahora propia, que las libertades o derechos de los ciudadanos están controlados o limitados y donde el fraude no es obstáculo cuando del poder se refiere. En efecto, durante este lapso de lucha, de una ardua confrontación entre dos bandos que se oponen radicalmente entre si, se han revelado distintas facetas del ser humano, lo que ha brindado a acuciosos investigadores, inéditas oportunidades para detectar y obtener resultados teóricos y científicos sobre los seres humanos y la democracia.  
   Para muchos estudiosos, este período representa uno de esos momentos claves, que ofrecen la oportunidad para estudiar los efectos producidos por la inmadurez ética de los seres humanos sobre lo social, lo político y lo económico. Es por esta razón que, sostenemos que no hay crisis sin que la conducta humana exhiba la escasez deontológica que lleva a la democracia al limbo del desencanto y a la exposición de su fragilidad hasta niveles que complican la estabilidad y apreciación del mejor sistema político, ideado en las ciudades estados en la Antigua Grecia hace más 2.500 años. De ahí que podríamos sostener que son las fallas humanas las que promueven los zarpazos del comunismo o el autoritarismo, que es, en el fondo, la ausencia total de praxis éticas. Razón por la cual sabemos que no hay perspectivas al reconocimiento de los derechos humanos y menos ciudadanos o políticos lo cual traduce opresión y aniquilación a las posibilidades de expresión o manifestación pública. Mientras que, la democracia ofrece oportunidades jurídicas y legales para lograr cada día mejores condiciones para la salud, la educación y la vida, significa también libertad, pero a la par el compromiso de construirla permanente bajo los preceptos éticos que sus postulados teóricos anuncian. Allí radica la complejidad y contrariedad de la democracia.
   El problema de la democracia esta en que sus actores y gerentes públicos fallan reiteradamente, como resultado las instituciones contravienen los desempeños esperados; ocasión que los “revolucionarios” del comunismo esperan reposadamente y aprovechan adaptándose a los tiempos, logrando reinventarse para ir a lo fundamental: convencer y aniquilar cualquier vestigio de autonomía personal para luego manipular y controlar, ayudados por poder comunicacional que le brindan los medios de comunicación, apoyados en gurúes publicistas que se rinden ante ofertas escandalosas. Pobre de las personas que dejan que otros piensen por ellos, penosamente estarán predestinados a ser obedientes y esclavos de propósitos ajenos.
   De modo que, la ignorancia o la escasa cultura democrática de los pueblos democráticos es, podríamos afirmar, el opio de los neocomunistas y los falsos actores democráticos que, como siempre, mantienen la idea de enquistarse en el poder con la fuerza y las leyes que a disposición cuentan.
   Como ya hemos sostenido, la gran debilidad de la democracia reside en vecinos y habitantes, quienes no tienen condiciones para analizar, de modo propio, los diferentes acontecimientos políticos, sociales y económicos, quedando bajo control y manipulación estatal. Por ello es necesario que las sociedades democráticas “abran los ojos” y participen pertinentemente en cada una de las esferas de la gestión pública, porque muy en el fondo nadie quiere vivir como en la antigua URSS, Corea del Norte o Cuba. En esta dirección, la democracia requiere que sus actores políticos e instituciones fortalezcan la cultura democrática continuamente; porque un buen desempeño dejara siempre aprendizajes y afianzara los valores de la cultura democrática que serán la base para enfrentar exigencias futuras.
   Ahora bien, referirse a la debilidad de la democracia embriaga, ya que nos lleva a la perenne disyuntiva existencial de la política, que está irremediablemente ligada al acontecer de la vida y que no es otra cosa que al eterno enfrentamiento entre el bien y mal, que, en este caso, estaría representado por el comunismo o autoritarismo y la democracia, que sería el bien. Pues, el bien no es tal bien y ni lo será, mientas tanto el espacio en cual se hace la democracia no esté constituido por ciudadanos. Decimos ciudadanos porque son quienes deben hacer la praxis política, la praxis ética y ello porque están preparados para dirimir diferencias y lograr grandes consensos que benefician a todos por igual. El comunismo, que es el mal, por donde quiera que se le mire, se aprovecha de la ignorancia para llevar a cabo propósitos desleales y deshonestos con la naturaleza propia del ser humano. No estamos acá para destruirnos, estamos para protegernos.
   No obstante, no todo está escrito. Nada garantiza que los ciudadanos coordinen en la perfeccion el desempeño de la democracia, pero es la apuesta que las sociedades de hoy tienen a mano y les sirve para reconstruirse permanentemete. Es un asunto inapelable, como es el caso de Venezuela, donde la lucha es sinónimo de ciudadanía, porque el liderazgo opositor está modelando el perfil del ciudadano para la democracia que viene. No es un hecho fortuito. Es la evolución misma de las sociedades con cierta cultura democrática sugieren que los cambios deben hacerse civil y pacíficamente. Venezuela lo merece, el mundo espera que así sea.

Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible