Thursday, May 16, 2013

La gran debilidad de la democracia

   Si observamos con curiosidad, lo que ha sucedido en Venezuela durante los últimos 14 años, aceptaríamos que se ha gestionado imponer, por medio de la “legitimidad”, dicho de otro modo, utilizando todos los mecanismos institucionales que avalan o sustentan al estado de derecho, un sistema político autoritario o comunista, donde como todos sabemos por experiencia ajena, y ahora propia, que las libertades o derechos de los ciudadanos están controlados o limitados y donde el fraude no es obstáculo cuando del poder se refiere. En efecto, durante este lapso de lucha, de una ardua confrontación entre dos bandos que se oponen radicalmente entre si, se han revelado distintas facetas del ser humano, lo que ha brindado a acuciosos investigadores, inéditas oportunidades para detectar y obtener resultados teóricos y científicos sobre los seres humanos y la democracia.  
   Para muchos estudiosos, este período representa uno de esos momentos claves, que ofrecen la oportunidad para estudiar los efectos producidos por la inmadurez ética de los seres humanos sobre lo social, lo político y lo económico. Es por esta razón que, sostenemos que no hay crisis sin que la conducta humana exhiba la escasez deontológica que lleva a la democracia al limbo del desencanto y a la exposición de su fragilidad hasta niveles que complican la estabilidad y apreciación del mejor sistema político, ideado en las ciudades estados en la Antigua Grecia hace más 2.500 años. De ahí que podríamos sostener que son las fallas humanas las que promueven los zarpazos del comunismo o el autoritarismo, que es, en el fondo, la ausencia total de praxis éticas. Razón por la cual sabemos que no hay perspectivas al reconocimiento de los derechos humanos y menos ciudadanos o políticos lo cual traduce opresión y aniquilación a las posibilidades de expresión o manifestación pública. Mientras que, la democracia ofrece oportunidades jurídicas y legales para lograr cada día mejores condiciones para la salud, la educación y la vida, significa también libertad, pero a la par el compromiso de construirla permanente bajo los preceptos éticos que sus postulados teóricos anuncian. Allí radica la complejidad y contrariedad de la democracia.
   El problema de la democracia esta en que sus actores y gerentes públicos fallan reiteradamente, como resultado las instituciones contravienen los desempeños esperados; ocasión que los “revolucionarios” del comunismo esperan reposadamente y aprovechan adaptándose a los tiempos, logrando reinventarse para ir a lo fundamental: convencer y aniquilar cualquier vestigio de autonomía personal para luego manipular y controlar, ayudados por poder comunicacional que le brindan los medios de comunicación, apoyados en gurúes publicistas que se rinden ante ofertas escandalosas. Pobre de las personas que dejan que otros piensen por ellos, penosamente estarán predestinados a ser obedientes y esclavos de propósitos ajenos.
   De modo que, la ignorancia o la escasa cultura democrática de los pueblos democráticos es, podríamos afirmar, el opio de los neocomunistas y los falsos actores democráticos que, como siempre, mantienen la idea de enquistarse en el poder con la fuerza y las leyes que a disposición cuentan.
   Como ya hemos sostenido, la gran debilidad de la democracia reside en vecinos y habitantes, quienes no tienen condiciones para analizar, de modo propio, los diferentes acontecimientos políticos, sociales y económicos, quedando bajo control y manipulación estatal. Por ello es necesario que las sociedades democráticas “abran los ojos” y participen pertinentemente en cada una de las esferas de la gestión pública, porque muy en el fondo nadie quiere vivir como en la antigua URSS, Corea del Norte o Cuba. En esta dirección, la democracia requiere que sus actores políticos e instituciones fortalezcan la cultura democrática continuamente; porque un buen desempeño dejara siempre aprendizajes y afianzara los valores de la cultura democrática que serán la base para enfrentar exigencias futuras.
   Ahora bien, referirse a la debilidad de la democracia embriaga, ya que nos lleva a la perenne disyuntiva existencial de la política, que está irremediablemente ligada al acontecer de la vida y que no es otra cosa que al eterno enfrentamiento entre el bien y mal, que, en este caso, estaría representado por el comunismo o autoritarismo y la democracia, que sería el bien. Pues, el bien no es tal bien y ni lo será, mientas tanto el espacio en cual se hace la democracia no esté constituido por ciudadanos. Decimos ciudadanos porque son quienes deben hacer la praxis política, la praxis ética y ello porque están preparados para dirimir diferencias y lograr grandes consensos que benefician a todos por igual. El comunismo, que es el mal, por donde quiera que se le mire, se aprovecha de la ignorancia para llevar a cabo propósitos desleales y deshonestos con la naturaleza propia del ser humano. No estamos acá para destruirnos, estamos para protegernos.
   No obstante, no todo está escrito. Nada garantiza que los ciudadanos coordinen en la perfeccion el desempeño de la democracia, pero es la apuesta que las sociedades de hoy tienen a mano y les sirve para reconstruirse permanentemete. Es un asunto inapelable, como es el caso de Venezuela, donde la lucha es sinónimo de ciudadanía, porque el liderazgo opositor está modelando el perfil del ciudadano para la democracia que viene. No es un hecho fortuito. Es la evolución misma de las sociedades con cierta cultura democrática sugieren que los cambios deben hacerse civil y pacíficamente. Venezuela lo merece, el mundo espera que así sea.

Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible  

Monday, April 29, 2013

Educación, ambicion y poder

   Todos quienes dirigen y planifican los sistemas educativos saben que la "educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo" (Nelson Mandela). No obstante, y sin ninguna razón aparente que pueda justificar esta situación, la educación que ofrecen colegios, liceos y universidades siguen enfocando hacia la preparación o graduación de profesionales con herramientas que solo les permiten apuntar hacia el logro de beneficios económicos, como si la acumulación de riquezas fuera lo más importante en la vida o como si graduar profesionales de este calibre garantizaría un mundo mejor.
   Asombrosamente los sistemas educativos del siglo XXI, con todos los adelantos que proporcionan la ciencia, las tecnologías y los avances jurídicos, desconocen o se desinteresan por aplicar la eficacia que posee la educación en la formación de seres humanos con cualidades cívicas y; seguramente no les interesa que estas cualidades se constituyen la vía expedita para iniciar el tránsito desde lo material hacia lo espiritual, que tanto requiere el mundo hoy en día y que abarcaría inicialmente la adquisicion de atributosque faciliten la armonía y la solidaridad entre personas, el cuidadado y la preservación de la naturaleza y por último, la construcción de la libertad y la democracia, por decir algo. Sin embargo, en vez de ello han reforzado el consumismo como receta para lograr el bienestar, que previsiblemente desemboca en individualismo que tanto nos afecta. Es por esta razón que se observa, donde quiera que estamos, ambición, avaricia y hasta ruindad, y lo que es más vil todavía, por alguna razón absurda e comprensible lo aceptamos como natural y común entre los seres humanos, cuando lo humano es sensibilidad y acción ante la injusticia, ante el dolor. Esta realidad lo que demuestra es lo inhumano y animal que solemos ser cuando nos doblegamos ante la atracción que representa el dinero, la riqueza y el poder. Los seres humanos llevamos y manifestamos la animalidad que corroe al mundo inevitablemente.
   Todos sabemos que el dinero facilita bienestar y placeres, y hasta para muchos significa simplemente satisfacción emocional, lo que nunca podría compararse con lo que genera la solidaridad y la compasión, que sucede cuando ayudamos a personas que necesitan apoyo y ayuda, porque cuando auxilias sin mas interés que cooperar y animar, sientes que la vida tiene sentido, tiene más significado. Por supuesto, nos referimos, mas que todo, a aquellas personas que poseen cargos públicos y que en vez de actuar como servidores se aprovechan de la falta de justicia que corrija tales desmanes y que lamentablemente les conduce hacia un mundo donde la corrupción es la norma, lo que es ignominia humana pura. Es por esta razón que los seres humanos suelen ser miserables cuando utilizan el dinero para corromper, manipular y controlar masas incautas e ignorantes.
   Los seres humanos, aunque poseemos instintos nada bondadosos, sobre todo cuando se trata de ambición como lo mencionados anteriormente, somos el resultado de deficientes desempeños de diferentes factores que nos forman, pero es la educación que hemos tenido la que nos moldea en gran medida y nos perfila tal cual somos en la adultes. De ahí que si en la infancia hubiésemos contado con una educación que nos identificara las conductas reprochables y admitidas, seguramente hoy no habría tanta corrupción, ni hambre, ni armamentos de destrucción masiva, ni bancos avaros que compiten por poseer más capital sin importar las consecuencias y finalmente no habría la colección de políticos pícaros e indecentes que hoy arriesgan la democracia, el mejor sistema político.
   A todas luces, el presente nos presenta que la educación no logro formar ciudadanos, tampoco la familia y menos los medios de educación y los políticos, que fueron incapaces de transferir paradigmas de honestidad y servicio, tal cual es el fin de la acción política. Tanto ha sido el descalabro que en Venezuela, por ejemplo, no ser corrupto es ser pendejo, como bien lo califico Don Arturo Uslar Pietri. Es decir que si no tomas ventajas cuando la tienes, eres un auténtico inepto e inútil. Vaya manera de ver la vida y la sociedad.
   La riqueza y el poder siempre han constituido el opio de los ambiciosos y avaros. En distintas épocas, imperios y organización social el poder ha estado acompañado del dinero y la riqueza. Pero bueno eso es lo que persigue la humanidad, tanto ha sido así que hasta los más equilibrados e íntegros sucumben y pierden toda perspectiva ética. La avaricia se lleva todo por delante.  Y en este respecto hemos visto cuestionables acciones contra lo humano y lo ético. Ahora mismo, en Venezuela sucede uno de esos episodios que revelan cuan bajo puede llevar la ambición y la avaricia a los seres humanos y; en ese sentido, están sucediendo eventos que ponen entre dicho lo humano de la condicion humana. Véanse los presidentes latinoamericanos, algunos europeos, a organismos internacionales como la OEA, ONU, UNASUR y el propio pueblo que con una garrafal ignorancia facilita toda clase de estrategias inquisidoras que solo intentan mantener el poder a todo riesgo.
   Venezuela vive uno de esos episodios que sirven para estudiar la condicion humana, el fracaso de los agentes formativos, en especial la educación que ha demostrado una amplísima incoherencia con las las demandas del siglo XXI. Como resultado mínimo, esta etapa, ademas, será conocida como un intento de transición política, pero también como un paso hacia la consolidación de la democracia y la necesidad de formar ciudadanos con virtudes, que sustentes y construyan la democracia constantemente.

Aún con todas las dificultades seguimos pensando, soñando y plasmando la educación del siglo XXI,
la mejor educación para el mejor País posible.





   







Sunday, April 7, 2013

Escenario dos: entre lo económico y lo humano

  La política y la educación dependen una de la otra. Están interconectadas, siempre ha sido y será así. La historia de todas las civilizaciones lo ratifican, pero son pocos los países que se ocupan de que así sea. En Grecia Antigua, por ejemplo, la educación tenía, como deber ineludible, preparar los guerreros que defenderían la patria y el poder constituido, lo cual era conveniente ante la inexistencia de otra forma de gobierno o de la democracia. No obstante, es éste concepto lo que en la actualidad llama tanto la atención ante el permanente divorcio e incoherencia entre democracia y educación, sobre todo cuando se está en un escenario democrático. De allí viene la perenne manifestación de fragilidad y decepción de la democracia como sistema de gobierno.
   Para nadie es un secreto que la democracia de Latinoamérica, como en Europa e inclusive estadounidense presentan graves deficiencias a partir de la ausencia de condiciones cívicas de sus habitantes, que serán siempre habitantes mientras tanto no adquieran atributos y competencias que sirven para nutrir y fortalecer la democracia, no como una idea, sino como hecho palpable donde es posible lograr metas complejas, porque los ciudadanos están preparados para ello.
   En Latinoamérica durante más de 100 años la educación ha estado desliga de la formación para la democracia. Este es el caso de Venezuela que durante los cuarenta años de la democracia representativa, y a través de diversos sistemas educativos arcaicos, no apunto a la formación de ciudadanos. Visto así, la colectividad no aprendió a valorar la trascendencia de la democracia y mas allá, no alcanzo competencias que permitieran renovar y fortalecerla. Así como el poder llego a los partidos políticos, así se fue desvaneciendo lentamente y sin pausa, en medio de deficiencias, irresponsabilidades, ausencia de éticas de gestión pública, corrupción e injusticias. Así que, con ejercicios democráticos muy deficientes que dieron al traste con los ideales de superación de bastos segmentos sociales y en ambientes de oscurantismos, fueron fácilmente sugestionados por agentes carismáticos, pero con propósitos nada beneficiosos para los logros teóricos que representan las leyes y reglamentos que están en la constitución nacional o en las disposiciones de carácter internacional.
  Hoy, cuando Venezuela se encuentra en plena lucha entre democracia y comunismo, o barbaries y sapiencias, aparece en el horizonte la oportunidad de plantearnos el escenario dos, que es el caso en cual triunfa la oposición y un gobierno de Enrique Capriles allana las posibilidades de renovar el sistema educativo, ya caduco y que no ofrece nada en un mundo de sociedades postmodernas que exigen mayor competitividad y atributos para enfrentar las vicisitudes que estas presentan.
  Un nuevo gobierno estará obligado a reorganizar el sistema educativo para que sea audaz, flexible y renovador, dicho de otra manera, que no se detiene, se transforma continuamente y reconoce que a pesar de lo adelantos proliferan personas y vecinos muy rezagados en lo cívico. Por tanto es necesario formar ciudadanos con virtudes, porque lo más valioso de un país es su gente, de nada valen los recursos naturales e inmensos caudales de capital, si estos no son administrados adecuadamente. Venezuela o cualquier país puede ser como una mujer joven, bella y muy atractiva, pero que no posee cualidades para superar las exigencias que se han de presentar comúnmente. Cuando ello ocurre los políticos picaros, como siempre, intervienen con propósitos bien definidos: obtener el mayor beneficio posible. ¿Quién dice lo contrario?
  Cuando Arturo Uslar Pietri llamo la atención sentenciando que había que “Sembrar el Petróleo”, probablemente quería significar la necesidad de formar ciudadanos, que lo correcto no era utilizar el inmenso patrimonio para construir obrar faraónicas. No. ¿De qué sirven tales obras si no contamos con ciudadanos?  ¿De qué han servido miles de millones de dólares durante estos últimos 14 años? Todo ello nos lleva a exigir al nuevo gobierno un sistema educativo que no busca adoctrinar, muy al contrario, espera que cada ciudadano, por eso el sustantivo, se acerque de modo personal y autónomo a definiciones e interpretaciones que fortalecen la democracia y otras realizaciones superiores.
   El mundo requiere sistemas educativos, ya no dominados por la visión de lo económico, que ha sido lo más importante, pues en este fin obvia lo humano. Es por ello que, las universidades, hasta ahora, han apuntado a lo económico, mientras lo humano es solo complemento –las crisis económicas de Europa y Estados Unidos y el intento de transición política en Latinoamérica anuncian una crisis humana que demanda transformación, que debe ser cívica y luego espiritual. Entonces, la educación deberá escoger entre: preparar para la ganancia y la tolerancia, entre adiestrar para la acumulación del capital y la solidaridad, entre la productividad y la sensibilidad, entre la autonomía y la sumisión, entre formar para el estado de derecho y la apatía y entre formar para lo social y lo individual.
  En resumen, podemos sostener que aquellos países donde la educación no forme ciudadanos, estarán condenados a ignominias, y eso es lo que sucediendo en Venezuela y otras partes del mundo.  De ahí que, pobre los países donde los políticos no sean ciudadanos, la ruindad será parte de sus entornos. No obstante la educación deberá equilibrar entre lo económico y lo humano, que está representado por la ciudadanía virtuosa.


Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible.

Saturday, March 16, 2013

Venezuela y los escenarios educacionales posibles I


Imaginémos los dos escenarios educacionales posibles que pueden suceder después de las elecciones presidenciales del próximo 14 de abril, que es claramente otra confrontación, por medio de votos, entre comunismo y democracia. Decimos comunismo, porque lo que sucede en Venezuela, y otras naciones de Latinoamérica, no es socialismo. El socialismo es entendido como otra dimensión política que pone énfasis en lo social, pero lamentablemente quienes utilizan este término, simplemente juegan al engaño y, generalmente lo logran cuando las masas incautas o desinformadas, por no decir ignorantes (fuerte sustantivo), permiten la sincronización de manipulaciones inhumanas que agilizan el adormecimiento y embobamiento mientras se afianzan los fines planificados con antelación. Son estas razones por las cuales la agonía del comunismo se ha prolongado más de lo que suponíamos, y lo que es peor, deja abierta las posibilidades de que este evento que se repita mientras la educación y otros factores no mejoren sus desempeños e impidan que la ausencia de ciudadanía colme los hogares, las calles, avenidas, oficinas y todo el país. Sin temor a equivocarnos brinda toda posibilidad de regular las mentes de gente inocente, a quienes habrá de limpiarles los lentes para que puedan ver con claridad las realidades y logren caminar de modo autónomo. Esa deberá ser la tarea de la educación del siglo XXI.
Aquí, por el momento, la lucha no es contra el capitalismo, una idea y una visión que ha utilizado el ser humano para dinamizar la vida, obtener éxitos y desarrollarse, pero de acuerdo a los resultados alcanzados se revelan grandes distorsiones e infamias, puesto que genera desequilibrios que potencian crisis económicas, como la que sobrelleva Europa y los Estados Unidos, y donde siempre las masas trabadoras y desposeídas llevan la peor parte. Indiscutiblemente el capitalismo deberá ser revisado, corregido y adaptado a los tiempos, a un nuevo ser humano y una nueva sociedad. Para nadie es un secreto que este modelo de conservar, producir y acumular rentas no es el más conveniente para la humanidad.
Pero no nos alejemos del tema que nos interesa, al primer escenario. Acá tenemos que gana Maduro. A este escenario, inmediatamente, le surgen los siguientes cuestionamientos: ¿hacia dónde apuntarán los fines de la educación bolivariana? ¿Afianzarán esfuerzos hacia la formación del ciudadano comunitario que tanto necesitan para consolidar sus planes? Y lo que es más importante, ¿sería utilizada la imagen y perfil del recién fallecido presidente electo para modelar ese ciudadano? Indudablemente, no hay que perder perspectivas, cuando nos referimos a personajes como Chávez frías; sin  temor a equivocarnos debemos reconocer sus habilidades innatas. Tanto, que sostenemos que muy raramente aparecen líderes con el conjunto de destrezas que reunía Chávez. Poseía una capacidad de oratoria apreciable que le sirvió para argumentar sus planteamientos con gran astucia, se fijó verdades indiscutibles y a partir de allí proponía sus ideas mal intencionadas, que eran acompañadas con actuaciones e histrionismos inusuales y nada comunes, con los cuales era capaz de poner a dudar a cualquier despistado e indiferente. Trasmitía emociones como nadie, qué facilidad para conectarse con las mayorías, que fueron su objetivo vital, pues bien sabia que este segmento representaba su liderazgo, idolatría y la conservación del poder. Allí radicaba el peso electoral, que eran de fácil manejo por las necesidades acumuladas, la exclusión sometida durante tanto tiempo y la escasa preparación intelectual y académica no les facilitaba determinar los propósitos guardados. A todo esto supo sacar provecho. Esperen, todavía hay mas, su genotipo que mostraba una mescla genética definida en rasgos faciales que denunciaban lo indígena, lo africano y lo europeo era una herramienta poderosísima, tanto que lograba identificarse rápidamente con la gente trabajadora y explotada, como siempre repetía; asi que estos se veían representados ahí, en su humanidad, en su accionar. Pues bien, todo este arsenal lo supo aprovechar y lo utilizo con grandiosa facilidad, hasta el punto que no sería una locura sostener que difícilmente surja otro como él en los próximos años. Tampoco creemos que habrá alguien quien quiera parecerse, al menos en sus intenciones inhumanas.Señores manipulo como nadie lo había hecho en Venezuela.
Sin embargo, todos sabemos que estas cualidades son básicas, aunque todos políticos las deseen, pero lo trascendental, lo que la sociedad demanda, dónde queda? Qué sucede con el mensaje y su intencionalidad y propósitos? Ello si es significativo para las realizaciones superiores de toda sociedad que desea superarse. Por ello surgen las siguientes interrogantes: ¿Entonces de que sirven las cualidades si las intenciones son abominables, mezquinas? Ahora, sabiendo esto, será posible que el régimen Madurista apuntase en esa dirección? Es decir, enseñarían a infantes, adolescentes y adultos a expresar y demostrar odio, resentimiento, a perpetuar la fractura social, la beligerancia, el caos judicial, la pobreza, la sumisión ante el poder extranjero y la consolidación del comunismo como forma de vida? Todo esto es posible en una educación que proponga sostenerse y consolidar sus ideales nefastos que ya fracasaron y se desvanecieron en distintas revoluciones anteriores.


Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible

Sunday, February 17, 2013

Educación. Final e inicio de la sociedad


  La educación de este siglo debe continuar preparando para la producción y la generación de riquezas, pero debe también formar para la ciudadanía. La ciudadanía virtuosa, un concepto y una óptica que supone que la trasformación de ser humano sirve para  la evolución de la sociedad. Esto no es un afán. Es una necesidad que aparece debido a las inmensas debilidades del propio ser humano, que es de donde surgen todas las crisis que sobre llevamos inevitablemente, porque nuestra naturaleza es generar errores, y nuestra obligación es corregirlos, sino nos arriesgamos a quedarnos sin respuestas, beneficios y avances, que es lo que nos ha animado y movilizado siempre.  
  A propósito de la formación ciudadana, vale la pena hacerse preguntas sobre la idoneidad y la pertinencia de las facultades y escuelas de las distintas universidades, si queremos formar la ciudadanía virtuosa. ¿Y qué decir de las escuelas y los colegios privados? ¿Están realmente en condiciones académicas, curriculares, cognitivas y éticas para formar la ciudadanía que demandamos? Pues a la vista, y de acuerdo a mi modo de ver, no lo están, ni han estado preparados para formar ciudadanos, pues Se han enfocado en la transmisión de conceptos y preparación para la producción, que ha sido deficiente y por tanto sin mucho éxito, por cierto; lo que ha logrado es la promoción de ciertas carreras universitarias que  ahora son “apetecidas” y a las cuales las masas estudiantiles apuntan porque si generan beneficios, pero no logran formación ciudadana.
  Aunque preparar para la producción es necesario, pues significa el motor y aporte para el bienestar económico, lo ciudadano es más profundo y complejo. Si usted ve las carreras que ofrecen las universidades, todas apuntan a la preparación para el logro y el éxito económico, pero ninguna se refiere, o al menos incluye, la formación para la ciudadanía. Es por esta razón que aparecen interrogantes y las dudas que sirven para esclarecer la naturaleza de esta situación. Veamos, ¿Por qué tenemos profesionales que actúan de modo insolente, grotesco y hasta insultante, por ejemplo? Podría profundizar más y generar muchísima objeciones sobre el nivel de ciudadanía de los venezolanos, pero aquí esa no es la idea. Se trata más bien de poner en claro que la formación para la ciudadanía requerida no existe,  no solo en Venezuela, sino también en otras partes del mundo desarrollado. Así que, no es que está en segundo plano, es que no ha sido tomada en cuenta porque no está en los planes de quienes, por alguna razón diseñan y planifican los sistemas educativos.
  Comprendemos que preparar para la producción y formar para la ciudadanía son los grandes desafíos de este siglo, pero muchos colegas, intelectuales, políticos, organizaciones no  gubernamentales, medio de comunicación y la familia no toman en serio ni se imaginan lo significativo que es la ciudadanía para la evolución de cada país. Es por ello que la política siempre ocupara nuestro quehacer, porque la política inunda todas las demás esferas y la educación es parte fundamental de toda acción política. Por esta razón la formación de la ciudadanía es demandada en y para la democracia, otro pensamiento político solo cree en el ciudadano comunitario, ese que está preparado para obedecer tal como es requerido en democracias modernas o comunismos como el de Rusia y Cuba. En cambio, el ciudadano virtuoso es el ciudadano para la democracia; por lo tanto, hablar de ciudadanía es referirse a democracia. De allí que no deberán considerarse ciudadanos quienes no dudan, cuestionan y menos participan para mejorar lo que acontece alrededor de sí mismo de manera autónoma y sin coacción.
  Lo ciudadano abarca tantos espacios como vivencias que el ser humano conoce y que debe mejorar como instinto de su esencia. Esta perspectiva solo es posible con virtudes, porque bien podríamos ser buenos productores pero deficientes ciudadanos y solo ello determina el destino de un país. Cuando miramos lo que ha sucedido con los recursos del petróleo y con las reservas petrolíferas de Venezuela, entonces emergen interrogantes. Son ciudadanos quienes irresponsablemente administran los recursos económicos. ¿Cuál es su opinión al respecto? Seguramente que con ciudadanos seriamos mejores en lo económico.
  Es sencillo comprender que la producción de riquezas favorece a que los países sean prósperos, que la abundancia de recursos económicos permita mantener calidad de vida, o mejores servicios públicos, como sanidad, educación y todo aquello que sirve para vivir mejor, pero ello no es suficiente para adelantarnos como debe ser. Es decir, siendo más humanos y menos materialista.
  Probablemente el mundo se encuentre en el final de una etapa y en el comienzo de otra, donde lo económico siga siendo muy importante, pero más interesante para todos los seres humanos deberá ser alcanzar grados de sensibilidad que nos garanticen Realizaciones Superiores sin tener que retroceder a etapas ya superadas. Es por ello que la formación de ciudadanos virtuosos es solo el inicio de un periodo más humano, donde la sumisión, la manipulación y el populismo estén relegados por las cualidades del propio ciudadano.
  En este marco, los sistemas  educativos que se han enfocado por más de doscientos cincuenta años a potenciar la producción y lo económico, en algunas sociedades con grandes éxitos y otras no tanto, deberán realizar grandiosos cambios donde la preparación de los docentes, profesores universitarios, directivos, gremialistas, rectores y todas las personas a fin con la comunidad educativa sostengan la factibilidad ciudadana del siglo XXI.  

Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible.

"We are dreaming about the best education for the best country, we want"

Sunday, February 10, 2013

Poder, Animalidad y Revolución


  Los últimos acontecimientos que se están desarrollando en Venezuela, Latinoamérica y en el mundo revelan la necesidad de transformación del ser humano. No es banalidad pensar sobre ello, al contrario, es una responsabilidad de todos, y con ello se incluyen todos los agentes que constituyen el moldeamiento de la condición humana que es, en esencia, la matriz de todo lo que pensamos y hacemos.
 Sin duda alguna, los tiempos siempre han puesto en evidencia las bajezas de la denominada especie humana, que de lo humano tiene mucho que aprender y exhibir, porque diariamente se observa su decadencia rancia y pura, donde se destaca lo ignominiosos que es el ser humano cuando el poder es el fin. En efecto, el poder alucina y desequilibra hasta alcanzar niveles de ambición escalofriantes que afectan la vida, lo más importante.
  Es, siempre, el poder uno de los temas que más aturden. Tanto que, por lo general, representa el punto más álgido de toda la existencia de una persona ambiciosa que decida lograr el poder, la autoridad. Probablemente porque, entre otras cosas, significa el logro de todo lo demás. Agregue o piense usted lo que quiera, pues con el poder sería fácil todo eso que pasa por su mente ahora mismo, advierto que estas abstracciones pudieran ser compasivas o siniestras, pero como siempre el lograr y conservar el poder trastoca y pervierte, entonces y por lo general, se producen infamias que la historia guarda para, no solo ejemplificar, sino para mostrar lo crueles que suele ser el ser humano cuando el poder es el fin. Pues si, el poder es el motor que ha impulsado tácticas malvadas y hasta impensables. Solo por la necesidad de alcanzar y mantener el poder se han producido miles de asesinatos, desapariciones, torturas inimaginables, violaciones de distintas índoles, guerras, invasiones; Etc.
  En este sentido, y para ejemplificar lo ignominioso que llega ser el ser humano, se destaca un caso insigne que seguramente quedara inscrito en las crónicas de la historia política y económica mundial. Con ello se demostrará lo que no se debe hacer cuando los fines son: la justicia, el estado de bienestar y progreso social común, la autonomía,  la convivencia social y el hecho democrático, entre otros fines que humanamente denomino Realizaciones Superiores, las cuales los seres humanos deberán cumplir como muestra del avance espiritual que debe lograr y conservar.
  Pero claro, como los planes no son tan humanos, entonces suceden hechos repudiables que llaman la atención del mundo político internacional y producen una actitud, no solo critica, sino más bien constructiva, que es lo que vale y con la cual ustedes pueden compartir o disentir. El sujeto de atención y que representa lo discurrido es uso que se le ha dado a Petróleos de Venezuela; la empresa que maneja la exploración, producción, comercialización de los inmensos recursos que están en el subsuelo de Venezuela y que tanto entusiasma al regimen. En esencia, Petróleos de Venezuela representa para el gobierno la palanca con la cual impondrá el estado comunal. Es la oportunidad monumental, pues la inmensa reserva de crudos pesados y extra pesados y la exorbitante o alucinante proporción de miles de millones de dólares significa todo y con ella ya se han aplicado todo tipo de medidas orientadas hacia ese fin.
  Esta visión sobre el gobierno y el uso de Petróleo de Venezuela Sociedad Anónima no surge de modo arbitrario o como un hecho cotidiano, tal cual lo anuncia el refranero popular que nos dice “piensa mal y acertara”. No, ello viene de la observación meticulosa y es una realidad que esta ante los ojos de todos, que usted no lo quiera ver es otra cosa. Por ello a la luz de la ignorancia, de la apreciación del: "no pasa, no seas mal pensado y todo seguirá igual", el comunismo o totalitarismo va a pasos firme. Que quede claro, el fin es establecer esta idea en toda Latinoamérica.
  La perversidad a la cual se refiere esta reflexión queda demostrada cuando se han donado más de 80 mil millones de dólares a países vecinos, mientras la inflación en Venezuela no ha sido controlada -ello sería improcedente, los presupuestos para la educación y sanidad son deficitarios, las expropiaciones tienen la misión de limitar la producción económica, así nutren de modo artificial la lucha de clases y se genera escasez de productos alimentarios que procuran acostumbrar al racionamiento, la Misión Robinson se propone limitar el conocimiento y adoctrinar o formar el ciudadano comunitario con miras, ya no a la imposición comunista, sino a la conservación de éste, la delincuencia es una manera de controlar e intimidar, que la justicia es ciega ante la corrupción pues ese no es fin, el fin es otro y por tanto no  conviene, la justicia existe para imponer el imperio del terror, como prueba el fallecimiento de Franklin Brito y la condena de  Simonovich.  
  Este espacio que nos brinda la tecnología es chico para detallar todos los desmanes del régimen; así que con la ayuda de la audacia personal de cada lector se podrían destacar las inmoralidades o animalidad del ser humano, en este caso representada por la Revolución Bolivariana. Por ello los invito a detallar de modo particualar, familiar, o laboral todas las perveersidades perpetradas hasta ahora. 
Ah y respecto a la devaluación de la moneda? qué creen?  sera un hecho fortuito?   

 "La ruindad que produce la ambición por el poder solo se acaba cuando se ataja…" 

por ello 

  "Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible"

Sunday, February 3, 2013

Antipolitica o democracia

  Cada vez que un país entra en crisis por la insalvable responsabilidad de sus actores políticos salen a flote sus defensores. Si. Aparecen los que protegen a los propios corruptos bajo la tesis de la antipolitica, que desde mi perspectiva, es una actitud que busca ocultar responsabilidades de quienes en el desempeño de sus obligaciones defraudan sistemáticamente a grandes masas de votantes que confiadamente otorgan responsabilidades mayores, que deberían estar impregnadas de ética democrática, pero que la realidad nos ofrece tristemente resultados indeseados y custionables desde todo punto de vista.
   Sin embargo, y muy lamentablemente, el ejercicio de la política, o mejor el ejercicio democrático, se hace cada día más decadente e insultante para quien en el desempeño de ciudadanos con cualidades de cognición democrática exigen calidad en vez de demagogía y decadencia que es lo que el mundo tanto cuestiona y que los trasnochados comunistas toman para si con el único propósito de atacar al capitalismo, cuando esto último nada tiene que ver con el tema central. Esto es asunto del Ser Humano y acá si tenemos que reflexionar y reconocer nuestro propios errores.
   La democracia como idea política es muy frágil pues depende en mayor parte del desempeño gerencial de los actores políticos, que normalmente olvidan de sus promesas y sucumben ante las tentaciones y la posibilidad  que el dinero, el capital les otorga. Por eso, mas que normal, es una pena que los seres humanos seamos tan débiles ante esta circunstancia que llama tanto la atención de quienes valoramos la democracia como el único sistema político que garantiza, en modo teórico y en gran medida en lo práctico, las libertades y derechos humanos como ningún otro sistema político.
   Por ello quienes critican la denuncia y la protesta ciudadana no son otra que detractores de la propia democracia, pues ella tiene elementos institucionales que le permiten corregir a tiempo los errores y las faltas ejecutadas. Pero cuando ello no se cumple comienza la degradación del ejercicio democrático que genera el propio desencanto que muchos están esperando como la oportunidad para aparecer como los salvadores, los iluminados. 
  Por todo lo anterior, creemos que un país posee madurez democrática cuando sus instituciones, al igual que sus ciudadanos, comprenden y aceptan la responsabilidad de construir continuamente la democracia. Pero sabiendo que construir democracia es hacer justicia sin temor a castigar o responsabilizar a quienes fallan en el desempeño de sus funciones. Jamás podría la democracia consolidarse si los propios ciudadanos no son capaces de evaluar, corregir y transformar permanentemente el ejercicio democrático que tanto ha costado.
Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible.