Sunday, February 17, 2013

Educación. Final e inicio de la sociedad


  La educación de este siglo debe continuar preparando para la producción y la generación de riquezas, pero debe también formar para la ciudadanía. La ciudadanía virtuosa, un concepto y una óptica que supone que la trasformación de ser humano sirve para  la evolución de la sociedad. Esto no es un afán. Es una necesidad que aparece debido a las inmensas debilidades del propio ser humano, que es de donde surgen todas las crisis que sobre llevamos inevitablemente, porque nuestra naturaleza es generar errores, y nuestra obligación es corregirlos, sino nos arriesgamos a quedarnos sin respuestas, beneficios y avances, que es lo que nos ha animado y movilizado siempre.  
  A propósito de la formación ciudadana, vale la pena hacerse preguntas sobre la idoneidad y la pertinencia de las facultades y escuelas de las distintas universidades, si queremos formar la ciudadanía virtuosa. ¿Y qué decir de las escuelas y los colegios privados? ¿Están realmente en condiciones académicas, curriculares, cognitivas y éticas para formar la ciudadanía que demandamos? Pues a la vista, y de acuerdo a mi modo de ver, no lo están, ni han estado preparados para formar ciudadanos, pues Se han enfocado en la transmisión de conceptos y preparación para la producción, que ha sido deficiente y por tanto sin mucho éxito, por cierto; lo que ha logrado es la promoción de ciertas carreras universitarias que  ahora son “apetecidas” y a las cuales las masas estudiantiles apuntan porque si generan beneficios, pero no logran formación ciudadana.
  Aunque preparar para la producción es necesario, pues significa el motor y aporte para el bienestar económico, lo ciudadano es más profundo y complejo. Si usted ve las carreras que ofrecen las universidades, todas apuntan a la preparación para el logro y el éxito económico, pero ninguna se refiere, o al menos incluye, la formación para la ciudadanía. Es por esta razón que aparecen interrogantes y las dudas que sirven para esclarecer la naturaleza de esta situación. Veamos, ¿Por qué tenemos profesionales que actúan de modo insolente, grotesco y hasta insultante, por ejemplo? Podría profundizar más y generar muchísima objeciones sobre el nivel de ciudadanía de los venezolanos, pero aquí esa no es la idea. Se trata más bien de poner en claro que la formación para la ciudadanía requerida no existe,  no solo en Venezuela, sino también en otras partes del mundo desarrollado. Así que, no es que está en segundo plano, es que no ha sido tomada en cuenta porque no está en los planes de quienes, por alguna razón diseñan y planifican los sistemas educativos.
  Comprendemos que preparar para la producción y formar para la ciudadanía son los grandes desafíos de este siglo, pero muchos colegas, intelectuales, políticos, organizaciones no  gubernamentales, medio de comunicación y la familia no toman en serio ni se imaginan lo significativo que es la ciudadanía para la evolución de cada país. Es por ello que la política siempre ocupara nuestro quehacer, porque la política inunda todas las demás esferas y la educación es parte fundamental de toda acción política. Por esta razón la formación de la ciudadanía es demandada en y para la democracia, otro pensamiento político solo cree en el ciudadano comunitario, ese que está preparado para obedecer tal como es requerido en democracias modernas o comunismos como el de Rusia y Cuba. En cambio, el ciudadano virtuoso es el ciudadano para la democracia; por lo tanto, hablar de ciudadanía es referirse a democracia. De allí que no deberán considerarse ciudadanos quienes no dudan, cuestionan y menos participan para mejorar lo que acontece alrededor de sí mismo de manera autónoma y sin coacción.
  Lo ciudadano abarca tantos espacios como vivencias que el ser humano conoce y que debe mejorar como instinto de su esencia. Esta perspectiva solo es posible con virtudes, porque bien podríamos ser buenos productores pero deficientes ciudadanos y solo ello determina el destino de un país. Cuando miramos lo que ha sucedido con los recursos del petróleo y con las reservas petrolíferas de Venezuela, entonces emergen interrogantes. Son ciudadanos quienes irresponsablemente administran los recursos económicos. ¿Cuál es su opinión al respecto? Seguramente que con ciudadanos seriamos mejores en lo económico.
  Es sencillo comprender que la producción de riquezas favorece a que los países sean prósperos, que la abundancia de recursos económicos permita mantener calidad de vida, o mejores servicios públicos, como sanidad, educación y todo aquello que sirve para vivir mejor, pero ello no es suficiente para adelantarnos como debe ser. Es decir, siendo más humanos y menos materialista.
  Probablemente el mundo se encuentre en el final de una etapa y en el comienzo de otra, donde lo económico siga siendo muy importante, pero más interesante para todos los seres humanos deberá ser alcanzar grados de sensibilidad que nos garanticen Realizaciones Superiores sin tener que retroceder a etapas ya superadas. Es por ello que la formación de ciudadanos virtuosos es solo el inicio de un periodo más humano, donde la sumisión, la manipulación y el populismo estén relegados por las cualidades del propio ciudadano.
  En este marco, los sistemas  educativos que se han enfocado por más de doscientos cincuenta años a potenciar la producción y lo económico, en algunas sociedades con grandes éxitos y otras no tanto, deberán realizar grandiosos cambios donde la preparación de los docentes, profesores universitarios, directivos, gremialistas, rectores y todas las personas a fin con la comunidad educativa sostengan la factibilidad ciudadana del siglo XXI.  

Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible.

"We are dreaming about the best education for the best country, we want"

Sunday, February 10, 2013

Poder, Animalidad y Revolución


  Los últimos acontecimientos que se están desarrollando en Venezuela, Latinoamérica y en el mundo revelan la necesidad de transformación del ser humano. No es banalidad pensar sobre ello, al contrario, es una responsabilidad de todos, y con ello se incluyen todos los agentes que constituyen el moldeamiento de la condición humana que es, en esencia, la matriz de todo lo que pensamos y hacemos.
 Sin duda alguna, los tiempos siempre han puesto en evidencia las bajezas de la denominada especie humana, que de lo humano tiene mucho que aprender y exhibir, porque diariamente se observa su decadencia rancia y pura, donde se destaca lo ignominiosos que es el ser humano cuando el poder es el fin. En efecto, el poder alucina y desequilibra hasta alcanzar niveles de ambición escalofriantes que afectan la vida, lo más importante.
  Es, siempre, el poder uno de los temas que más aturden. Tanto que, por lo general, representa el punto más álgido de toda la existencia de una persona ambiciosa que decida lograr el poder, la autoridad. Probablemente porque, entre otras cosas, significa el logro de todo lo demás. Agregue o piense usted lo que quiera, pues con el poder sería fácil todo eso que pasa por su mente ahora mismo, advierto que estas abstracciones pudieran ser compasivas o siniestras, pero como siempre el lograr y conservar el poder trastoca y pervierte, entonces y por lo general, se producen infamias que la historia guarda para, no solo ejemplificar, sino para mostrar lo crueles que suele ser el ser humano cuando el poder es el fin. Pues si, el poder es el motor que ha impulsado tácticas malvadas y hasta impensables. Solo por la necesidad de alcanzar y mantener el poder se han producido miles de asesinatos, desapariciones, torturas inimaginables, violaciones de distintas índoles, guerras, invasiones; Etc.
  En este sentido, y para ejemplificar lo ignominioso que llega ser el ser humano, se destaca un caso insigne que seguramente quedara inscrito en las crónicas de la historia política y económica mundial. Con ello se demostrará lo que no se debe hacer cuando los fines son: la justicia, el estado de bienestar y progreso social común, la autonomía,  la convivencia social y el hecho democrático, entre otros fines que humanamente denomino Realizaciones Superiores, las cuales los seres humanos deberán cumplir como muestra del avance espiritual que debe lograr y conservar.
  Pero claro, como los planes no son tan humanos, entonces suceden hechos repudiables que llaman la atención del mundo político internacional y producen una actitud, no solo critica, sino más bien constructiva, que es lo que vale y con la cual ustedes pueden compartir o disentir. El sujeto de atención y que representa lo discurrido es uso que se le ha dado a Petróleos de Venezuela; la empresa que maneja la exploración, producción, comercialización de los inmensos recursos que están en el subsuelo de Venezuela y que tanto entusiasma al regimen. En esencia, Petróleos de Venezuela representa para el gobierno la palanca con la cual impondrá el estado comunal. Es la oportunidad monumental, pues la inmensa reserva de crudos pesados y extra pesados y la exorbitante o alucinante proporción de miles de millones de dólares significa todo y con ella ya se han aplicado todo tipo de medidas orientadas hacia ese fin.
  Esta visión sobre el gobierno y el uso de Petróleo de Venezuela Sociedad Anónima no surge de modo arbitrario o como un hecho cotidiano, tal cual lo anuncia el refranero popular que nos dice “piensa mal y acertara”. No, ello viene de la observación meticulosa y es una realidad que esta ante los ojos de todos, que usted no lo quiera ver es otra cosa. Por ello a la luz de la ignorancia, de la apreciación del: "no pasa, no seas mal pensado y todo seguirá igual", el comunismo o totalitarismo va a pasos firme. Que quede claro, el fin es establecer esta idea en toda Latinoamérica.
  La perversidad a la cual se refiere esta reflexión queda demostrada cuando se han donado más de 80 mil millones de dólares a países vecinos, mientras la inflación en Venezuela no ha sido controlada -ello sería improcedente, los presupuestos para la educación y sanidad son deficitarios, las expropiaciones tienen la misión de limitar la producción económica, así nutren de modo artificial la lucha de clases y se genera escasez de productos alimentarios que procuran acostumbrar al racionamiento, la Misión Robinson se propone limitar el conocimiento y adoctrinar o formar el ciudadano comunitario con miras, ya no a la imposición comunista, sino a la conservación de éste, la delincuencia es una manera de controlar e intimidar, que la justicia es ciega ante la corrupción pues ese no es fin, el fin es otro y por tanto no  conviene, la justicia existe para imponer el imperio del terror, como prueba el fallecimiento de Franklin Brito y la condena de  Simonovich.  
  Este espacio que nos brinda la tecnología es chico para detallar todos los desmanes del régimen; así que con la ayuda de la audacia personal de cada lector se podrían destacar las inmoralidades o animalidad del ser humano, en este caso representada por la Revolución Bolivariana. Por ello los invito a detallar de modo particualar, familiar, o laboral todas las perveersidades perpetradas hasta ahora. 
Ah y respecto a la devaluación de la moneda? qué creen?  sera un hecho fortuito?   

 "La ruindad que produce la ambición por el poder solo se acaba cuando se ataja…" 

por ello 

  "Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible"

Sunday, February 3, 2013

Antipolitica o democracia

  Cada vez que un país entra en crisis por la insalvable responsabilidad de sus actores políticos salen a flote sus defensores. Si. Aparecen los que protegen a los propios corruptos bajo la tesis de la antipolitica, que desde mi perspectiva, es una actitud que busca ocultar responsabilidades de quienes en el desempeño de sus obligaciones defraudan sistemáticamente a grandes masas de votantes que confiadamente otorgan responsabilidades mayores, que deberían estar impregnadas de ética democrática, pero que la realidad nos ofrece tristemente resultados indeseados y custionables desde todo punto de vista.
   Sin embargo, y muy lamentablemente, el ejercicio de la política, o mejor el ejercicio democrático, se hace cada día más decadente e insultante para quien en el desempeño de ciudadanos con cualidades de cognición democrática exigen calidad en vez de demagogía y decadencia que es lo que el mundo tanto cuestiona y que los trasnochados comunistas toman para si con el único propósito de atacar al capitalismo, cuando esto último nada tiene que ver con el tema central. Esto es asunto del Ser Humano y acá si tenemos que reflexionar y reconocer nuestro propios errores.
   La democracia como idea política es muy frágil pues depende en mayor parte del desempeño gerencial de los actores políticos, que normalmente olvidan de sus promesas y sucumben ante las tentaciones y la posibilidad  que el dinero, el capital les otorga. Por eso, mas que normal, es una pena que los seres humanos seamos tan débiles ante esta circunstancia que llama tanto la atención de quienes valoramos la democracia como el único sistema político que garantiza, en modo teórico y en gran medida en lo práctico, las libertades y derechos humanos como ningún otro sistema político.
   Por ello quienes critican la denuncia y la protesta ciudadana no son otra que detractores de la propia democracia, pues ella tiene elementos institucionales que le permiten corregir a tiempo los errores y las faltas ejecutadas. Pero cuando ello no se cumple comienza la degradación del ejercicio democrático que genera el propio desencanto que muchos están esperando como la oportunidad para aparecer como los salvadores, los iluminados. 
  Por todo lo anterior, creemos que un país posee madurez democrática cuando sus instituciones, al igual que sus ciudadanos, comprenden y aceptan la responsabilidad de construir continuamente la democracia. Pero sabiendo que construir democracia es hacer justicia sin temor a castigar o responsabilizar a quienes fallan en el desempeño de sus funciones. Jamás podría la democracia consolidarse si los propios ciudadanos no son capaces de evaluar, corregir y transformar permanentemente el ejercicio democrático que tanto ha costado.
Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible.         

Wednesday, December 19, 2012

Ese país maravilloso


La sociedad venezolana vive un periodo muy especial, probablemente único, como ocurre en cada sociedad cada cierto tiempo cuando se propone avanzar pero no puede, porque se encuentra con muchos obstáculos que le impide avanzar. Sin embargo, no se cansa ni desmaya porque tiene una meta, esa que todos queremos ver, y que es tan brillante como el esfuerzo que cada uno de nosotros tenemos que realizar en cada espacio que ocupemos.
Estoy seguro que lo que surja de todo esto marcará los próximos 50 años. Una aproximación minúscula si tomamos en cuenta que en historia las décadas son periodos fugaces o breves y que la transformación ciudadana tiende a durar décadas, pues no es sencilla la adquisición de cualidades y competencias que permiten la transformación de vecinos y habitantes en ciudadanos. Todo un sueño que debemos lograr si queremos construir un país de avances cualitativos y cuantitativos.
Siempre hago énfasis, y lo sostengo, que este periodo extrajo de las entrañas del ser humano la ausencia de ciudadanía. Una condición humana que todos poseemos y que muchos todavía no comprenden su importancia y que, desde mi perspectiva, es el factor determinante de lo que hoy vivimos. Porque, ninguna sociedad en el mundo podrá avanzar si la ausencia de ciudadanía envuelve los distintos ámbitos humanos. Al contrario, va a generar atrasos por la incapacidad cualitativa que impide interpretar los distintos fenómenos sociales, políticos y económicos.Es por esto que en la democracia suelen aparecer líderes “novedosos que deslumbran" a muchos vecinos y habitantes incapaces de estimar el verdadero valor de la democracia.
La ausencia de ciudadanía afecta a todos por igual, pero son los políticos los grandes protagonistas. Claro, están ante la presión inminente de grandes tentaciones que, por lo general, comprometen y resquebrajan sus debilidades y les llevan a menospreciar las metas colectivas, que deben ser la mayor responsabilidad de todo aquel que es servidor público. Esta es una de las razones fundamentales de la fragilidad de la democracia, que depende de la calidad ética de cada uno de los actores y gerentes políticos; 
Cuando me refiero a ciudadanía, no hago más que incluir a todos los seres humanos que constituimos parte de la sociedad política. Ello significa que abarca a todas las personas que toman parte del hecho político y la política domina todas las esferas de la vida. Por tanto, para la democracia la ciudadanía virtuosa es vital; tanto que si no contamos con ciudadanos o al menos demostramos cualidades cívicas no podremos lograr siquiera acuerdos, como por ejemplo: qué país deseamos, cuál será la educación para las nuevas generaciones, qué tipo de economía nos corresponde desarrollar, que clase de ser humano deseamos, sumisos, dúctiles y obedientes o participativos, asimismo continuaremos regalando dinero, cuando es necesario invertir en sanidad, transporte, vías terrestres, salarios, ecología y cuál estado puede garantizarnos todo ello, el estado comunal o el estado democrático. tampoco debe escapar el siguiente cuestionamiento: hacia donde debemos mirar? Hacia un estado como Suecia o Finlandia o mejor miramos a Corea del norte, Cuba o Nicaragua?  No, mejor uno que sea totalmente único.
Si queremos avanzar y construir ese país maravilloso, que sé muchos sueñan o que está en nuestras mentes, debemos dejar que muera éste, que es corrupto, mucho más corrupto que los anteriores, que tampoco queremos porque originaron el actual. Con él deben morir las ideas arcaicas, desfasadas y las acciones antiéticas que en nada ayudan, también deben desaparecer actores sin pertinencia ciudadana, pues todavía abundan, aunque sean muy jovenes. A las pruebas me remito claramente. Preguntense, es que no hay políticos jóvenes que en cargos de alcaldes o concejales que actúan como aves de rapiña, que "desconocen" sus responsabilidades de gestión o simplemente no se interesan por lo colectivo.
Venezuela es hoy todo un laboratorio social, político y humano que dejará bien claro cuáles son las bases reales de la nueva sociedad democrática que se está construyendo ante nuestros ojos.
Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible 

Monday, December 10, 2012

La docencia y los Derechos Humanos


   Soy de los soñadores que sostiene, y no es una simple suposición pues se comprueba día a día, que el nivel de correspondencia entre los sistemas educativos y las demandas de la sociedad del siglo XXI condiciona el avance de la humanidad que, en su mayoría no ve las transformaciones que se están dando. Sin embargo, siente que está en medio de una etapa de inestabilidad global que lentamente la conduce hacia espacios de incertidumbres, creados, con toda razón, por el carácter deleznable de los seres humanos, quienes conservan el artificio y la picardía como estrategias de vida, y que son las causas de contratiempos y caos que abruman al propio ser humano. No obstante, desde nuestra perceptiva las sociedades sobrellevan la conversión de un mundo materialista hacia otro sensible y espiritual, que es el fin supremo, porque muy en el fondo nuestro ser tiende suprimir la animalidad en favor de la generosidad y amor al prójimo, tanto como una necesidad, como por la esencia de nuestra naturaleza humana. 
   Todo ello es posible si la educación mantiene estrecha correlación con las demandas económicas y sociales, pero sobre todo con las necesidades humanas, pero en el estricto sentido humano, lo cual no se refiere a lo material sino a lo ético, que es la mayor fragilidad de los seres humanos. Porque esta cohesión no solo es palpable cuando genera un valor que se categoriza en la conexión que exista entre los profesionales egresados de las universidades y las diversas necesidades que existen en cada sociedad o el desarrollo económico que estas exhiban. Esta realidad deberá comprobarse no solo con hechos concretos dentro de cada ambiente, en los bienes u obras públicas que revelan eficiencia, eficacia, estética, pertinencia social y humana y con la idea de progreso y desarrollo humano. No, va más allá y es más complejo. 
   Veamos. Si aceptamos esta perspectiva, deberíamos reconocer una realidad muy desagradable, pues los resultados que están ante nuestra vista revelan un distanciamiento y una notable incoherencia entre lo que enseña, transmite y ofrecen las escuelas y universidades con la realidad humana, que es la escasez de comportamientos integrados de las personas en cada espacio del quehacer humano que denota ausencia de prácticas éticas en la actuaciones realizadas. Siendo ello una de las causas de la pronunciada crisis del mundo a comienzos del siglo XXI, acelerado también por el agite de la postmodernidad que, al menos, nos obliga a una continua revisión y evaluación de la educación que se oferta en el presente. 
   De esta manera queda comprobado la irresponsabilidad del mundo educativo y es tan gigantesca que sólo es posible concebir su magnitud cuando revisamos que La Declaración Universal de los Derechos alcanza los 64 años, mientras los sistemas educativos permanecen congelados o petrificados y sin capacidad de responder y formar a ese ser humano que practique los principios elementales que garanticen la vida en paz y, más allá, logren las metas superiores.
   Por ello hoy, más que nunca, es necesario enseñar el valor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en virtud de que la incertidumbre y el déficit de cualidades humanas nos podrían retrasar hasta etapas superadas. Además, esta visto que, la educación es el instrumento ideal y por medio del cual es posible formar los seres humanos con excelsas cualidades. De allí que no queda otro desafío para los sistemas educativos que enfrentar las carencias y aplicar currícula adaptados a las demandas de hoy. 
   Pero, son los docentes quienes tienen ante sí mismos la tarea titánica de transformarse en seres humanos plenos de cualidades éticas y ciudadanas para modelar y formar los seres humanos del mañana. Este es un reto de cada sociedad, pero son los docentes los protagonistas, que desde el espacio educativo están llamados a iniciar la transformación de la sociedad de vecinos y habitantes en sociedades de ciudadanos, que conozcan los derechos humanos, como también los básicos o políticos.
   Sin embargo, no solo es válido conocer los derechos humanos, sino que es necesario, además lograr la cognición ciudadana, que permitirá que toda persona valore el significado de los derechos humanos y los practique, los respete y cuide permanentemente. No será fácil pero no hay otra alternativa que enfrentar la realidad que no aturde. Y es por esta razón que todos los docentes tienen ante sí la tarea de revisar, evaluar y transformar su comportamiento y a partir de allí ser modelos de ciudadanía. Solo así será posible hacer factible la práctica ampliada de los preceptos anunciados en La Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible.

Tuesday, December 4, 2012

Desconsuelo, experiencia y educación

   La historia del ser humano está llena de experiencias que nutren y fortalecen nuestro transitar hacia espacios más humanos. Sin lugar a dudas, en ese camino se han sucedido eventos muy desagradables de los cuales, en su conjunto, hemos obtenido un aprendizaje, que es, en definitiva, experiencia, la cual veo como la capacidad para evitar la repetición de traumas, problemas, errores y facilitar el avance social. Esto quiere decir que aprendemos de los eventos en los cuales vivimos. Pero, son los desagradables de donde exprimimos el saber, ese que nos sirve para identificar lo que nos hizo sufrir, de donde surgieron las causas que lo originaron y que tanto nos afectan. 
   No hay nadie mayor de edad que posea experiencia sin haber conocido la pena, ello aplica a todas las sociedades y naciones del mundo. Mientras que, por otro lado, las personas o las sociedades que no logran, por si solas, conocer y saber qué es el sufrimiento, no son las más idóneas para avanzar, pues  no tienen, ni ganan experiencias para dejar atrás lo inadecuado y obstáculos que impiden avanzar.
   Es por esta razón, que surgen convicciones como la siguiente: toda sociedad logra avanzar solo a través de  las experiencias. Es decir, con escasez los pueblos adquieren saberes y astucias que le favorecen a esquivar los trances indeseados. Tanto es así que las naciones que avanzaron sufrieron y siguen aprendiendo (sufriendo) porque sigue el dolo, sigue el error, que es inevitable. Es de humano pues. En otras palabras, todas las acciones tienen resultados buenos y muy malos en la economía, la educación y la salud, por ejemplo, y de allí aprenden permanentemente. Por ello nunca ocurrirá eso que alguien llamo el fin de la historia. Una ridiculez pensar que la historia historia se acaba. Ello solo es posible si no  aprendemos, pero como cometemos errores y sufrimos aprendemos constantemente. Eso es parte de todo ser viviente. De allí que el fin esencial de la educación deberá ser la preparación y formación de seres humanos que eviten errores y así disminuyan la repetición de eventos nefastos como el comunismo, en tanto que, estos se constituyen en una de las causas de desolación del ser humano. 
   A propósito, qué papel juega el hecho de que un país sea rico, muy rico porque cuenta con inmensos recursos naturales, pero igualmente no tiene capital humano capaz de agregar valor a ese recurso natural. Saben a que me refiero: el petróleo que yace en las profundidades del subsuelo de Venezuela. Ese recurso, que muchas veces han denominado "el oro negro" o el "estiércol del diablo" por los desalentadores resultados que ha devenido con su explotación y comercialización. Acción ilógica, pues qué culpa puede tener el preciado mineral?, cuyo origen se supone sea producto de la descomposición por millones de años de inmensas plantas, vegetación y animales prehistóricos como los saurios, con el caos, la descomposición social y el atraso de un país. A mi modo de ver, no tiene la más mínima correlación. Este recurso yace en las profundidades y nada hace. Es el hombre, quien por medio de la tecnología lo extrae, lo refina y luego lo comercializa y exporta, que es el caso de Venezuela. 
   Como bien podemos ver, hasta allí no hay nada desquiciante; el problema surge cuando las ganancias son utilizadas con fines siniestros y se aplican estrategias intencionadas a imponer un sistema político perverso como el comunismo, donde las libertades y derechos humanos están limitados o controlados. Es en la mente y en la disposición de las personas de donde surgen estas atrocidades. Claro, esto no es nuevo, ya en 1936 llamó la atención de Uslar Pietri cuando afirmó vehementemente que había que sembrar el petróleo. Pero cómo iban a iniciar tan grandiosa empresa sino contábamos con el capital humano necesario. No había ciudadanía, ni la hay hoy en día, solo unos cuantos líderes populares que disponían de la chequera en mano. Eso no es nuevo. Es casi que una rutina. 
   A todas estas, será que Venezuela, después de este desastre, aprenderá a reconocer que no podemos vivir excluyéndonos mutuamente, que podremos acordar ideas sobre punto de interés común, que es ilógico que la familia venezolana esté dividida por razones políticas, que es injusto tanta pobreza, que nos encontremos entre los países de menor avance económico, social, democrático porque las libertades están condicionadas, que las esperanzas de los jóvenes estén supeditadas a una persona, y que todo este trauma esté sucediendo en pleno siglo XXI? Será que debemos sufrir todavía otros cuantos años y ver como estalla una guerra civil, donde nadie saldrá ileso, para luego aprender que debimos evitar las perdidas humanas y materiales? Hasta dónde sufrirá esta noble y dócil sociedad venezolana para aprender? 
   En lo profundo espero que sea suficiente la desolación sobrellevada, que ya logramos experiencia, que aprendimos, que estamos listos para emprender un camino juntos y que actuaremos como seres humanos y como una sociedad con cultura democrática. Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible, porque esa es la vía expedita que nos ayudará a evitar o disminuir las múltiples fallas que tenemos, como una sociedad joven que somos y, todo ello, porque si es posible formar ciudadanos con virtudes.  

Sunday, November 18, 2012

Educar, un acto político?


   Nunca se hizo tan necesario dejar atrás la ceguera e incertidumbre entre política y educación para entrar, de una vez, a la praxis viva de enseñar la democracia. 



     Si. Debido fundamentalmente a que el ser humano, por instinto, es un ser social. Para ello, dispone de cualidades y competencias apropiadamente dispuestas para mantener contacto, de manera habitual, con otras parsonas. Así que, dado que relacionarse es un compromiso, creado por la necesidad de alcanzar metas y satisfacer necesidades, asume estrategias y tácticas apropiadas para triunfar, ya que, de lo contrario, fracasaría en su intento por mejorar su existencia y bienestar. Nadie en su sano juicio podría avanzar a solas. Por esta razón, Aristóteles lo denominaría "zoon politikon", lo cual significa que somos seres políticos de manera natural y conveniente. Es decir, dado a que vivimos y compartimos necesidades, proyectos y espacios comunes, requerimos convivir y organizar nuestras vidas de la mejor manera posible. De manera que, cuando nos referimos a educación, una acción netamente humana, dicho de otra manera, de humanos para humanos, aceptamos que es un acto puro e inminentemente político.
     Desde esta perspectiva, la educación nunca podrá zafarse de la política. Sería imposible. Pues, la política es una acción y un talento inherente y vital de los seres humanos y, como tal, permanece toda la vida. Se inicia en el entorno familiar y continua en el contexto social, donde somos educados. En la familia, por ejemplo, nos enseñan a ser políticos de manera involuntaria; cada vez que nos muestran una sonrisa aprendemos a sonreír. Luego descubrimos que sonreír, fruncir el seño, llorar o gritar tienen significados y son útiles para manipular y lograr propósitos. Más tarde, en la adultez, ya sabemos sobradamente que manejando las apariencias o los estados ánimos podemos lograr metas. Con el aprendizaje recibido y las cualidades innatas demostramos que somos seres explicítamente políticos.
     Tanto la familia, como en el contexto social, ambos escenarios de la educación informal, transmiten, en el estricto sentido de la palabra, de generación en generación y de manera involuntaria, el acervo político nacional. Sucede sin premeditación y subordinado, siempre, a la cultura política adquirida previamente -nos referimos a los valores que perduran en el pensamiento, las decisiones y acciones de cada habitante. En efecto, a través del desenvolvimiento de los padres, familiares o personas adultas somos moldeados de un modo específico; adquirimos valores y anti valores éticos provenientes de imagenes, gestos, palabras y frases las cuales son apropiadas durante el crecimiento y cognitivo individual. Así pues, se va constituyendo una visión o manera de ver e interpretar la vida y lo relacionado a ella. En el fondo, la educación informal proporciona el primer cristal por medio del cual las personas, en la adultez, van a construir apresiaciones, opiniones y conceptos relacionados con la política. He allí la importancia de la familia y la sociedad en la construcción y consolidación de valores democráticos para las nuevas generaciones.
    Posterior a lo involuntario de la familia y del contexto social viene lo planificado de la educación formal, que es desarrollada en las escuelas, los liceos y las universidades, niveles de escolaridad donde intervienen adultos en el papel de maestros y profesores. Preparados para educar y formar, no solo en lo cognitivo, sino también en lo actitudinal, dimensión en la cual lo ético representa la esencia al momento de dilucidar y enseñar la democracia, llama la atención el desinteres y la escasa formación política y democrática; pues siendo profesionales de la educación, primero, como producto de familias con escasez de valores democráticos y luego de sistemas educativos desfasados de las demandas formativas para este siglo, representan un desafío. No están preparados para trasmitir valores democráticos y hacer de la educación un acto político responsable, como corresponde ante la debilidad fáctica de la democracia en América Latina y más allá. Esta realidad ha dado pie al avance del comunismo, hoy ratificada como la ideología de la sumisión, la esclavitud y la humillación de los seres humanos.
    Para las sociedades democráticas de este siglo es un asunto vital comprender la necesidad de que la educación debería ser un acto juiciosamente político. Más explícito, hoy en día está, mas que, justificado la enseñanza de la democracia. A caso, todavía, ¿no persiste el fanatismo ciego por lo caótio del comunismo? ¿O no son sufientes las causas de La Caída del Muro del Berlín y El Derrumbe de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y finalmente, ¿no es necesario formar ciudadanos para la democracia? Después de todo los habitantes dejaron resultados nada convinventes. Estos ejemplos indiscutibles nos permiten decidir, de una vez, el uso de la educación para fortalecer la democracia. Por otro lado, ¿no es sufciente el resultado de una educación "apolitica", cuando observamos que la fragilidad del ejercicio de la democracia en Venezuela, por ejemplo, produjo "La Revolución Bonita" y condujo al uno de los países con mayores potencialidades a la ruidad como norma. Y más allá, hay ejercicios democráticos sin posibilidad de pasar la prueba de la honestidad y la trasparencia como España en Europa, Brasil, México, Argentina y Ecuador en América Latina, donde se podrían abrir espacios abiertos hacia el comunismo.   
   Lamentablemente, hoy se discute el tema del curriculo oculto. Nada más estéril, pues bien claro está que todos los currícula del mundo entre en sus fines: formar para prolongar un pensamiento y manera de ver la vida. Lo insolito es que la democracia no forma para la democracia, forma para la manipulación y la imposibilidad de pensar y actuar.
    Sin temor a dudas, el mundo democrático, hasta ahora, no ha interpretado y actuado, como corresponde para afrontar los desafíos planteados. Simplemente, no está dispuesto para conservar y construir la democracia, que hoy ha adquido la preeminencia ideológica mundial. Seguramente supune innecesario hacer tanto esfuerzo. Claro, ello significaría, por una parte, desmontar la diacronía educativa, ya al descubierto y, luego, un alto costo intelectual: aceptar que el paradigma de la modernidad todavía permanece en la educación como hace dos cientos años. Esto pareciera ser el fin de muchos intelectuales de la educación actual lo cual es inaceptable.


Luis Beltrán Campos Bolívar