Saturday, August 9, 2014

La guerra económica, lo incauto y lo perverso

   "Cuando la ignorancia prevalece sobre el conocimiento, las cualidades y las competencias ciudadanas las mayorías solo tienen posibilidades de constituirse en dóciles, sumisas y por tanto dúctiles. La tarea es, entonces, transformarlas en ciudadanos virtuosos". 

   Esta es la visión sobre el ser humano y la praxis democrática que deberá dominar en el siglo XXI. Al respecto, y sin temor a incertidumbres, Hitler, Lenin, Stalin, los Castro o Chávez, líderes y representantes del autoritarismo y los bajos instintos humanos, como tal, advirtieron las debilidades de las mayorías, aplicaron medidas disuasivas, manipularon y sustrajeron cuantiosos beneficios. Desde esta óptica consideraron a las mayorías débiles y, en consecuencia, féminas, ya que podían lograr sus propósitos con escasa dificultad.
   No obstante, es la dinámica del convulso escenario político contemporáneo, caracterizado por la fragilidad de ejercicio democrático y posteriormente la transición hacia el comunismo en Venezuela, asimismo, el zarpazo del comunismo en países de América Latina, la crisis económica o la corrupción, el deslizamiento de la calidad de vida por los recortes y los efectos que tienen sobre parados en España y la Primavera Árabe, lo que finalmente revela las deficiencias ciudadanas.
  En el caso de Venezuela, han favorecido la imposición de estrategias políticas populista, demagógicas y, en algunos casos, inhumanas. La guerra económica por ejemplo, es la estrategia comunicacional, utilizada para manipular y controlar a millones de personas con ignorancia política. Esto es, la escasez de cognición ciudadana o la incapacidad para analizar e interpretar, por si solos, la naturaleza, los propósitos y los fines que se persiguen, y más allá defender y construir la democracia. Como resultado, el régimen se dirige hacia el comunismo como sistema político y no hay reacción, la indolencia y la resignación se extienden y constituyen en parte de la cultura política. Esta es la certeza es la causa de la indiferencia y la aceptación de un destino que pocos conocen y muchos ignoran. En extracto, la Guerra Económica es el ardí utilizado por el régimen para manipular a las mayorías. Su argumento central es hacerles creer que la culpa del caos proviene del imperio y la burguesía apátrida. Su objetivo a mediano plazo es la imposición de la economía de guerra y finalmente la aplicación del comunismo como forma de vida. Sencillo.
   Hasta ahora los planes se han logrado, con alguna dificultad pero allí están, no tan veloz como quisieran los que lo planifican. El desmantelamiento del aparato económico, la destrucción de miles de hectáreas para la producción agrícola, la reducción de las empresas de manufactureras mediante la expropiación o la ruina, la devaluación de la moneda nacional, el enriquecimiento ilícito, la corrupción, la estafa, la traición a la patria y por último, la venta de CITGO son medidas planificadas para convertir al país con mayores posibilidades en América Latina en un país pobre. En lo político, los partidos mantienen modelos organizativos arcaicos y obsoletos que inhiben la innovación. Se anulan entre si. Agonizan bajo la mira incrédula de las mayorías y facilitan, al régimen, la estabilidad. En extracto, la guerra económica está muy bien pensada para sus fines, pero nos muestra cuán cruel suele ser la animalidad del ser humano, que en conjunto con la ignorancia del pueblo facilitan este repudiable proceso político.
    A través del tiempo, la praxis política se ha apoyado en hacer oír y creer, a las masas, lo que desean oír. Luego, las masas asumen que las esperanzas deben quedar en manos de una persona, de un líder quien se encargará de lograr las expectativas en un tiempo determinado. Bajo este principio la acción política no está necesariamente enlazada con lo ético. Al opuesto, es solo la estrategia para lograr el consentimiento, el agrado y luego la sumisión y en engaño de los ignorantes. Esta interpretación no es anti política, como muchos líderes y actores políticos desearían hacer creer. Es, mas bien, lo que demandan los más débiles, quienes requieren que les formen como ciudadanos y no como simples profesionales preparados para el trabajo y el supuesto éxito económico. La Venezuela que viene deberá ser de ciudadanos en la política y en otros ámbitos. Los habitantes demostraron sus deficienicas.

Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible.


Phd. Luis Beltrán Campos Bolívar
Andragogo

Sunday, August 3, 2014

Mesa de la Unidad. El ejemplo?

     Lo que sobrelleva Venezuela no es otra cosa que un proceso de transformación del ser humano. No es el modelo político, tampoco es lo económico o lo social. Es el ser humano, quien por medio de etapas criticas y adversas a la naturaleza, cualidad o condición humana, ingresa al mundo de los cuestionamientos permanentes que darán con una certeza personal y luego colectiva de donde se iniciará el encuentro con la verdad, con la certeza de que lo político, lo económico y lo social depende de nosotros, del ser humano.
      La tarea de todo ser humano es aprender de las experiencias. Son estas las que nos permiten transitar, de lo que hoy somos, de simples habitantes a ciudadanos. Los habitantes, con la escasez de cualidades y competencias, hemos favorecido que el comunismo, disfrazado de populismo y carisma, se establezca y genere desaliento, desencanto y frustración. No obstante, desde este escenario se producirán las decisiones que darán paso a la evolución de la ciudadanía en Venezuela y América Latina.
       De esta realidad nadie escapa. Desde los partidos, pasando por sus actores y líderes políticos se siente la necesidad del cambio. En consecuencia, son los políticos los que deben generar los ejemplos requeridos. Son, aunque muchos no lo creen, puesto que poco les interesa, quienes modelan la sociedad política, en otras palabras, el hacer político. Ello no es una sospecha. Es la tarea más difícil pues nadie estará dispuesto a reconocer sus errores, fallas y desaciertos, pero las circunstancias lo exigen. El protagonista en esta lucha no es el actor político; es la restitución de la democracia y ese deberá ser el centro de análisis, decisión y acción.
     Visto así, Venezuela necesita que sus líderes muestren y exhiban comportamientos nobles y pertinentes como la decisión del Secretario de la Mesa de la Unidad. Un hecho natural, lógico y necesario pues facilita la renovación y construcción de nuevos mecanismos de comunicación más eficientes ya que las grandes mayorías que así lo solicitan. 
       Si analizamos a las organizaciones políticas que animan el calor de la crisis actual dentro de la unidad democrática, se observa la verticalidad, el control del poder y la exclusión lo cual constituyen puntos contrarios a la renovación organizativa, al crecimiento del ser humano como protagonista de la constitución de la cultura democrática, capaz de sostenerla y construirla constantemente. A simple vista, no se produce el modedelaje esperado. Lo que se evidencia es, precisamente, lo que obstruye y limita los cambios
     En este momento todo depende de los seres humanos que lideran los distintas organizaciones. En la Mesa de la Unidad, por ejemplo, sobresalen los bajos instintos que garantizan el control y el poder, lo cual no es democrático y menos ciudadano. Se demuestra que la praxis política no es otra cosa que la mayor empresa de modelamiento ciudadano, una de las mejores oportunidades que tenemos para avanzar y que Venezuela ha desperdiciado por décadas. Señores políticos demuestren que su oficio no es beneficiarse de lo público, sino ser servidores públicos. Necesitamos ciudadanos en desempeños políticos. No habitantes en cargos políticos.

Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible


Phd. Luis Beltrán Campos Bolívar