Sunday, August 3, 2014

Mesa de la Unidad. El ejemplo?

     Lo que sobrelleva Venezuela no es otra cosa que un proceso de transformación del ser humano. No es el modelo político, tampoco es lo económico o lo social. Es el ser humano, quien por medio de etapas criticas y adversas a la naturaleza, cualidad o condición humana, ingresa al mundo de los cuestionamientos permanentes que darán con una certeza personal y luego colectiva de donde se iniciará el encuentro con la verdad, con la certeza de que lo político, lo económico y lo social depende de nosotros, del ser humano.
      La tarea de todo ser humano es aprender de las experiencias. Son estas las que nos permiten transitar, de lo que hoy somos, de simples habitantes a ciudadanos. Los habitantes, con la escasez de cualidades y competencias, hemos favorecido que el comunismo, disfrazado de populismo y carisma, se establezca y genere desaliento, desencanto y frustración. No obstante, desde este escenario se producirán las decisiones que darán paso a la evolución de la ciudadanía en Venezuela y América Latina.
       De esta realidad nadie escapa. Desde los partidos, pasando por sus actores y líderes políticos se siente la necesidad del cambio. En consecuencia, son los políticos los que deben generar los ejemplos requeridos. Son, aunque muchos no lo creen, puesto que poco les interesa, quienes modelan la sociedad política, en otras palabras, el hacer político. Ello no es una sospecha. Es la tarea más difícil pues nadie estará dispuesto a reconocer sus errores, fallas y desaciertos, pero las circunstancias lo exigen. El protagonista en esta lucha no es el actor político; es la restitución de la democracia y ese deberá ser el centro de análisis, decisión y acción.
     Visto así, Venezuela necesita que sus líderes muestren y exhiban comportamientos nobles y pertinentes como la decisión del Secretario de la Mesa de la Unidad. Un hecho natural, lógico y necesario pues facilita la renovación y construcción de nuevos mecanismos de comunicación más eficientes ya que las grandes mayorías que así lo solicitan. 
       Si analizamos a las organizaciones políticas que animan el calor de la crisis actual dentro de la unidad democrática, se observa la verticalidad, el control del poder y la exclusión lo cual constituyen puntos contrarios a la renovación organizativa, al crecimiento del ser humano como protagonista de la constitución de la cultura democrática, capaz de sostenerla y construirla constantemente. A simple vista, no se produce el modedelaje esperado. Lo que se evidencia es, precisamente, lo que obstruye y limita los cambios
     En este momento todo depende de los seres humanos que lideran los distintas organizaciones. En la Mesa de la Unidad, por ejemplo, sobresalen los bajos instintos que garantizan el control y el poder, lo cual no es democrático y menos ciudadano. Se demuestra que la praxis política no es otra cosa que la mayor empresa de modelamiento ciudadano, una de las mejores oportunidades que tenemos para avanzar y que Venezuela ha desperdiciado por décadas. Señores políticos demuestren que su oficio no es beneficiarse de lo público, sino ser servidores públicos. Necesitamos ciudadanos en desempeños políticos. No habitantes en cargos políticos.

Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible


Phd. Luis Beltrán Campos Bolívar


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