Saturday, December 7, 2013

Mandela y su ejemplo

   Se ha ido un gigante. El modelo a seguir por políticos, líderes y seres humanos en un mundo cada día más complejo. Sus logros forman parte de la historia de las luchas entre justicia e injusticia, entre libertad y opresión. Todos lo reconocen como un ser muy especial, pero sobre todo, porque su decisión de permanecer en su afán de lucha hasta lograr la convivencia y finalmente eliminar el apartheid en Sudáfrica, lo distinguen entre todos los líderes de su generación, lo cual representa para los políticos del mundo, y en especial para los venezolanos, un ejemplo a seguir con esfuerzos y probablemente muchos sacrificios, cosa de la cual no estamos muy acostumbrados, pero que nos ayudaría a madurar como sociedad pujante que somos.
   En este sentido, vale la pena preguntarse si aparecerá un líder que una a Venezuela como lo hizo Nelson Mandela en Sudáfrica? Aunque esto pareciera ser muy difícil, por ahora. Al decir verdad, la única Venezuela posible es aquella donde las dos opciones en discordias se unan. Por su puesto, ello no será una tarea fácil, porque cada segmento ideológico tiene sus propósitos bien definidos, pero estamos obligados a trabajar juntos. En consecuencia, es posible lograr unos tantos consensos y hasta podríamos establecer como objetivo común e ineludibles Las Realizaciones Superiores, que son grandes metas que los seres humanos nos hemos propuesto, pero que se hacen difícil de alcanzar por nuestro propios errores y debilidades.
   Aunque toda transformación requiere esfuerzos y seguramente traumas, la recompensa siempre será mayor, grandiosa. Por un lado, sería necesario la reinstitucionalización de los partidos políticos. Estarían obligados a erigirse a la luz de la ética y la cultura ciudadana, lo cual, por sí solo, implica reconocer los errores, seguidamente deberíamos promover el ingreso de jóvenes actores comprometidos con la fragilidad de la democracia, que se debe construir y fortalecer día tras día. Estamos hablando de una nueva sociedad política. Entonces podremos decir, con toda seguridad, que un triunfo no es un evento fortuito, ni mucho menos una casualidad. Es y será siempre una labor paciente, tenaz y decida por superar todos los obstáculos hasta lograr el triunfo con la ayuda de la providencia que viene no sólo de virtudes personales, sino de Dios.

Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible.
Dios bendice a Venezuela 

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