Sunday, September 22, 2013

Un periodo especial, excepcional y único

   El mundo vive un periodo especial -diríamos excepcional, único. Una oportunidad para ver como la economía o el modelo económico vigente se resquebraja inevitablemente ante fallas previsibles. Asimismo, nos sirve para aceptar que la tecnología se incrusta en la cotidianidad, transformando todo cuando el ser humano hace, trastoca la integridad familiar e individual, lo que requerirá acuerdos mancomunados. Igualmente, nos permite ver como la democracia, que triunfo en la confrontación contra el comunismo, queda a expensas de debilidades y desafíos, lo que demuestra que está comprometida y ligada a la ciudadanía. Adicionalmente, el fundamentalismo islámico o la escasa cultura democrática luchan por prevalecer. El sueño es alcanzar la democracia, aunque ésta sea una democracia incipientes, pero esperanzadora. Paralelamente, el débil papel, de las no tan prestigiosas, organizaciones mundiales en la responsabilidad de mediar La Paz, los derechos humanos y la democracia en el mundo muestran incapacidad para enfrentar y superar los constantes desafíos. Finalmente,  esta etapa nos permite ver como los sistemas educativos quedan rezagados en la tarea de formar seres humanos con condiciones superiores, para que así sean capaces de enfrentar y superar tales realidades.
   En América Latina, la democracia es débil y frágil, al igual que en España, porque adolece de ciudadanos que la construyan sustentados en la praxis ética. En Europa, las debilidades de los políticos genera estruendosa corrupción que fracciona los logros alcanzados, mientras la privatizaciones (troica) aprietan molares y caninos sin misericordia y sensibilidad. En el mundo, la internet provoca accidentes fatales y la confusión de identidad de género y hasta el individualismo exacerbado. 
   Ante estas realidades, los sistemas educativos tienen un desafío mayúsculo: transformarse en agentes de cambio civilizatorio que ha tocado las puertas de un mundo indolente, insensible y cada vez más egoísta y ambicioso por riquezas, lo cual no genera paz interior ni más allá tranquilidad, que es lo que un ser humano deberá buscar. En este contexto, no es menos alarmante el caso que advertimos en Venezuela, la cual sobrelleva, al mismo tiempo, todas éstas calamidades anteriormente referidas y que estamos obligados a superar. Será difícil, eso no lo dudamos, pero al final nos impondremos.

Seguimos soñando con la mejor educación para el mejor país posible. Dios bendiga a Venezuela.

No comments:

Post a Comment