Tuesday, June 18, 2013

De lo terrenal a lo espiritual

   Diferentes civilizaciones han transcurrido y el ser humano poco ha avanzado en lo espiritual, como tampoco en la formación ciudadana, que es la base de éste fin educacional del siglo XXI. Todavía exhibimos rasgos intrínsecos que evidencian insolencia, rudeza, agresividad, intolerancia, exclusión, manipulación, apatía e indiferencia y, lo más preocupante, vivimos como si la tierra fuese infinita, que nunca sus recursos se agotarían, pues la consumimos y la devastamos sin preocupaciones y remordimientos, sin pensar que las nuevas generaciones seguramente tendrán que enmendar nuestros errores con grandes sacrificios. Se nota lo egoístas que hemos sido.
   Asombra como, a la luz del esfuerzo realizado por la UNESCO a través del Informe "La Educacion Encierra un Tesoro" de la Comisión Internacional sobre la Educación del Siglo XXI, presidida por Jack Delors, se han desprendido una serie de propuestas atractivas, que contrastan con la realidad exhibida, revelando escasos éxitos. 
   Los resultados no son halagadores. América Latina, por ejemplo, revela grados de atraso en la praxis de lo que los cuatro pilares de la educación plantean. Muy lejos estamos de alcanzar el respeto, ante las divergencias sociales, económicas y políticas, protección  de la naturaleza, vivir en paz, hacer valer los derechos conquistados y participar y construir la democracia. Hoy tristemente observamos un mundo más agresivo, intolerante, que promociona la belleza en vez de la bondad o la solidaridad, confunde los derechos con la decadencia humana y permite el retorno del comunismo como ideología, cuando la historia se canso de demostrar su anacronismo. Este panorama supone una reflexión obligada de cara a la segunda década del siglo XXI y el reacomodo ético que requiere la sociedad mundial.
   Lamentablemente, las ideas van por una autopista y las tareas transformadoras van por caminos angostos y espinosos. Claro, los responsables siempre se excusan con argumentos "incuestionables", pero ello no los salva de las responsabilidades. 
   El mundo requiere dirigentes avanzados, ya transformados con ideales firmes y decididos, que sientan que avanzan porque lo comprueban diarimente, que saben que van a generar transformaciones indiscutibles que benefician a las nuevas generaciones. 
   La política como episcentro de todas esferas de la vida, no puede estar alejada de la realidad educativa. Es parte esencial todo planteamiento educativo; por ello no solo soñamos, creemos en la mejor educación, para el mejor País posible.

Dios salve a Venezuela y América 

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