Monday, October 1, 2012

Un camino a la mejor Venezuela posible

  Ya restablecido en casa se producen, gustosamente, reflexiones sobre las vacaciones en España. Entonces viene a mi que toda criris moral conduce al caos económico. Por supuesto, también pienso  en Venezuela, mi país, que vive una etapa estelar de su historia política contemporánea, pues sobrelleva la diatriba que esperamos sea saldada en favor de la democrática, ya que ella es la base para el desarrollo del ser humano, al menos en occidente, además está relacionada con la paz y el progreso de todos los que aquí vivimos, pero también es importante para America Latina, puesto que los resultados de la elección del 7 de octubre incidirán en la evolución de la democracia en la región. 
    La democracia de España, como la de Venezuela, viven una etapa difícil que pone a prueba el nivel de integridad ética de sus protagonistas. En Venezuela, sobre todo, ahora que tiene la elección presidencial y luego un nuevo ejercicio democrático, que esperamos sea constructivo, porque tiene la obligación de elevar la valoración de la democracia en medio de tantos cuestionamientos y desencantos, no solo local, regional, sino también mundial. En tanto que, España después de superar la dictadura de Franco y elevar la democracia con un estado de bienestar y derecho que era orgullo y ejemplo a seguir, pero que, probablemente, por la euforia de la integración a la Unión Europea, la bonanza comercial, la competitivad geográfica y luego la irresponsabilidad en la gestion economica, en los últimos ejercicios administrativos, finalmente ha afectado la percepción de las mayorías sobre los actores políticos y la democracia, más todavía con la aplicación medidas absolutamente impopulares, donde el PSOE y PP son los grandes responsables. Ojalá que superen este momento critico y espero que las protestas, que sigo con suficiente atención, sirvan para lograr grandes acuerdos y no desaveniencias. 
   Mientras tanto acá, en Venezuela, nos las jugamos todas. Queremos más y mejor democracia, distinta a la que origino el presente, queremos políticos que amen a la democracia, es decir, que sean servidores públicos, pero también queremos ciudadanos que participen y no sean ductiles. Estamos en el punto que definirá si avanzamos o retrocedemos, decidimos entre libertad o exclusión, tolerancia o rechazo, paz o violencia, autonomía o dependencia, estado de derecho o injusticia. En fin esta es la hora de la verdad, donde calibraremos nuestras cualidades y sabremos de qué estamos construidos. Hay un camino que nos llevara a la Mejor Venezuela posible.        

  

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